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Bath Time

A veces los sueños no son lo que uno quisiera...

Naraku se dirigía a sus aposentos para descansar, aquel día no había podido ir peor, primero se le había escapado el maldito de Inuyasha y ahora, ahora se le aparecía Kikyo diciendo tal sarta de estupideces que le hacían dudar de su inteligencia.

Era claro que él no tenía sentimientos hacia ella, mucho menos románticos. Era Onigumo quien los había tenido en el pasado, pero el odio de los demonios había tomado su lugar.

No, Naraku no tenía ningún sentimiento por aquella mujer. Más molesto de lo que estaba se dispuso a descansar finalmente, cerró los ojos y se dejó llevar por aquel descanso que tanto necesitaba.

Abrió los ojos y se encontraba en una tina, era un ambiente acogedor, pero ¿que hacía ahí?. A esa pregunta le siguieron más, ¿por qué tomaba un baño, no se suponía que estaba descansando? ¿De quién era aquel lugar? Y sobre todo, ¿qué hacía Kikyo ahí?

Recargada en él, entre sus piernas mejor dicho, se encontraba Kikyo, sí, desnuda igual que él, ¿Qué era aquello?

Era obvio, estaban tomando un baño, pero ¿por qué? No tenía sentido.

— ¿Por qué estás tan callado? —preguntó Kikyo acariciando uno de sus brazos. Aquello aturdió por un momento a Naraku, quién no sabía qué decir.
— ¿Qué haces aquí? —preguntó Naraku mientras recargaba la cabeza en la otra mano y veía de reojo a Kikyo.
— ... —Kikyo no dijo nada sólo sonrió.

Nada de aquello tenía sentido, era obvio que debía estar soñando, pero, ¿por qué con ella? Al menos a él, nunca le había atraído aquella mujer, era demasiado fría, demasiado dura, aquella mujer no estaba hecha para amar.

¿Amar?

¿Desde cuándo él pensaba en esas cosas?

Se estaba volviendo loco con el estrés que le producía que ninguno de sus planes resultaran. Se dejó llevar por las suaves caricias en su brazo, en su mano, en su pecho... No se había dado cuenta en qué momento Kikyo se había volteado de tal forma que estaba mirándolo de frente, el agua no la alcanza a cubrir totalmente, si la veía así casi podía ver completamente...

Bufó molesto, aquello no le hacía gracia, ojalá pronto despertara por que ahí, parecía que no tenía voluntad propia.

Naraku

Naraku

Entre sueños logró escuchar la voz de Kagura, el cuerpo de Kikyo se fue desvaneciendo de a poco al ir abriendo los ojos. Aquel maldito sueño le había causado mayor malestar que descanso.

— ¿Qué quieres Kagura? —habló seco y molesto.
— Sesshomaru está cerca —fue lo único que dijo. Y él no comentó nada.

No tenía intenciones de pelear con Sesshomaru, menos en aquel estado en el que estaba, ni tenía ganas ni cabeza para pensar en nada, se dispuso a intentar descansar un poco.

Mañana sería otro día y confiaba en que, ese día sería el día en que terminaría con la vida del miserable de Inuyasha o al menos, con alguno de aquellas molestas basuras que lo acompañaban.

Naraku cerró los ojos, pidiendo no volver a soñar con aquella desagradable mujer.