Are You Bored Yet?..

Champagne

They tell you that the sky might fall
They'll say that you might lose it all
So I run until I hit that wall
Yeah, I learned my lesson, count my blessings
Look to the rising sun and run, run, run

No era necesario decir que en la época feudal no existía tal cosa como el Champagne, Kagome no estaba segura del por qué pero de pronto le habían dado ganas de probar aquel líquido que había comprado su mamá, quien le había dicho que lo guardarían para el día que se graduara de la preparatoria, aquel día parecía tan lejano para ella, que haciendo uso de todas las artimañas de las que fue capaz, sacó aquella botella en su mochila y se la llevó a la época feudal.

Al llegar con sus amigos, quiso decirles que traía algo especial, pero ahí estaba la anciana Kaede, y no estaba del todo segura de qué es lo que opinaría de aquello; días después, tomaron camino siguiendo la última pista que tenían sobre Naraku.

Aquella pista que tenían efectivamente los había llevado a donde se encontraba una de las criaturas de Naraku, aunque no era precisamente lo que esperaban, Inuyasha lo derrotó con un poco de trabajo, a decir verdad. En todo caso, esa parte del trabajo estaba hecha, ahora tenían un momento para descansar, y qué mejor, pensó Kagome, que con un buen trago de Champagne.

- ¿Qué es eso Kagome? -preguntó Sango al ver la botella que Kagome sacaba de su mochila.

- Se llama Champagne... es una especie de licor -ante tal declaración no pudo menos que sonrojarse, realmente nunca había sido de las que hacía esa clase de cosas, pero, no tenía nada de malo tampoco.

- Vaya... no sabía que le gustara beber señorita Kagome -dijo Miroku divertido, aunque él era el mayor y sí que bebía, no esperaba que ella tuviese esos gustos también.

- ¿Para qué quieres licor? -preguntó Inuyasha curioso, a él no le interesaba probar cosas así.

- No lo sé... sólo... me dio curiosidad probarlo -Kagome quiso restarle importancia al asunto levantando los hombros.

- ¿Lo puedo probar también? -preguntaba Shippo sonriente

- No creo que debas... 

- Anda Kagome sólo un poquito

Abrió la botella entonces y sirvió un poco a todos, incluido Shippo, si tomaba un poco no le pasaría nada. Sango veía curiosa el líquido y aunque no lo admitiera también tenía curiosidad por beber aquello. Inuyasha lo veía desconfiado, pero cuando vio que todos se lo tomaban él no se quiso quedar atrás.

Era un sabor suave, no parecía ser fuerte,  no sentían nada. Kagome vio la botella buscando si en verdad tenía alcohol o no, pero no encontró nada, al ver ésto, Sango dijo:

- Vaya, es bastante suave ¿no cree excelencia? -preguntó a Miroku quien asintió y añadió

- Creo que otro sorbo no nos hará daño -y entonces tomó la botella y rellenó el vaso de cada uno.

No se dieron cuenta en qué momento se habían terminado la botella, pero así era, de pronto empezaban a sentir que sí que tenía alcohol aquello, pero a media botella dejó de importarles, se sentían bien, relajados, alegres, incluso Inuyasha se había animado a abrazar a Kagome, quien junto a Shippo no dejaban de cantar.

Sango tenía las mejillas rojas y veía a Miroku con una sonrisa boba, Miroku quien era el menos afectado, intentaba mantener a salvo a sus amigos, no dejaría que hicieran ninguna tontería estando así, aunque claro, tampoco se negaría a abrazar a Sango, no estaba hecho de piedra después de todo.

Aquel día llegó la noche entre risas y uno que otro grito eufórico, la verdad era que les hacía falta relajarse un poco y aquella botella había servido para aquel propósito, aunque Miroku lamentaba que al día siguiente no estarían tan felices con el dolor de cabeza que les esperaba.

Se fueron quedando dormidos todos, Inuyasha dormitaba, aún en ese estado, estaba consiente de que debía proteger a Kagome, ella dormía ya recargada encima de él, y a su vez estaban recargados en una gran piedra, Inuyasha se quitó la parte de arriba de su ropa y cobijó a Kagome con ésta, no quería que se fuese a enfermar.

Miroku dormía placidamente abrazando en un principio a Sango, aunque entrada más la noche Shippo fue ocupando el lugar de ésta, era una escena entre tierna y graciosa, pues parecía que Miroku pensaba que aún abrazaba a Sango y daba besos al aire hacia donde se suponía estaba ella.

Seguramente cuando despertara y viera que no era Sango la que estaba al lado suyo, se llevaría una gran decepción.