Bedsharing

33 3 1
                                    

Loving you was young, and wild, and free, loving you was cool, and hot, and sweet, loving you was sunshine, safe and sound, a steady place to let down my defenses, but loving you had consequences...

En aquél momento Kagome cayó en cuenta de que viera por dónde viera no había lugar para recostarse, más que, sí, en el futón dónde se encontraba aquel demonio. Pero se negaba a acercarse, después de aquel incidente de semanas atrás, dónde había terminado por confesar que le gustaba mucho, se lo había dicho a él mismo a la cara, y él se había limitado a verla de una forma tan, tan, ¿burlona?

Ahora no quería acercarse a él, pero para su mala suerte, habían caído en una trampa tan estúpida, pero muy peligrosa, gracias al cielo ella sólo había sufrido unos raspones leves, pero Sesshomaru era otra historia, tenía una gran herida en el pecho, la cuál se negaba a dejar que ella revisara.

Suspiró cansada, en aquel pequeño cuarto apenas cabían los dos, aunque ella estaba con las piernas recogidas y sentada en una esquina, mientras él se encontraba 'comodamente' acostado en aquel futón.

La idea de quitarlo de ahí para acostarse ella misma cruzó por su cabeza, lo cual era ridículo, porque aunque estaba herido era claro que no tenía oportunidad de vencerlo. No había mucho que hacer, había un extraño campo de energía que les impedía utilizar ningún tipo de poder espiritual o demoníaco, sólo eran simples personas atrapadas en quién sabe dónde, ni siquiera la fuerza bruta de Sesshomaru había logrado sacarlos de ahí.

Tal parecía que aquel demonio se había dado por vencido, lo que dudaba mucho ha decir verdad, más bien estaba pensando en una forma de salir de ahí o esperar a recuperarse para intentarlo de nuevo, no sabía en qué pensaba, quizá nunca lo sabría.

Cómo sea, tendría que dormir ahí en aquella esquina, los ojos se le cerraban y ya estaba cansada de intentar mantenerlos abiertos, si alguien intentaba matarla mientras dormía, bueno, no había nada que hacer.

Aquel demonio que parecía haber estado durmiendo todo ese tiempo, abrió los ojos lentamente, finalmente la humana había cedido ante el sueño, estaba dormida en aquella incómoda posición, Sesshomaru la vio de reojo, luego se levantó de a poco, veía fijamente a la muchacha.

Por su mente pasó aquel día en que aquella humana le había dicho así, de la nada, que le gustaba mucho, le había tomado totalmente por sorpresa, nunca esperó que la razón de encontrarla aquel día fuese ese, que lo hubiera buscado para decirle sólo eso.

Una leve mueca de sonrisa se dibujó en sus labios, vaya, nunca le habían dicho algo así, no tan directamente en todo caso. Se detuvo a pensar entonces qué es lo que habría respondido, si es que tendría que haber respondido algo, o quizá tendría que haber hecho algo.

Claro que no era ciego, si bien era humana, tenía rasgos muy bellos, sin duda era una mujer atractiva, no lo negaría; en todo caso, desde ese día, la imagen de aquella mujer, rondaba de vez en vez sus pensamientos.

Kagome —pensó, él sabía bien el nombre de la mujer. Pero no le daría la satisfacción de que ella lo supiera.

Sus pensamientos si bien no eran claros, su cuerpo sí que lo tenía claro, se había levantado y se encontraba ya de cuclillas frente a ella, un segundo de confusión se reflejó en su rostro. Pero acto seguido, tomó a Kagome con su único brazo y la pegó a su pecho, un latigazo de dolor atravesó su cuerpo, aún así llegó al futón, que dicho sea estaba a un paso de ahí, la bajó lentamente y la recostó.

Esa noche compartiría la cama con ella, se dijo que lo hacía porque él estaba herido y si ella no descansaba adecuadamente no le serviría para poder salir de ahí; claro, como sea la recostó y la vio un momento, parecía estar profundamente dormida, que tonta pensó, podría matarla en aquel momento y ni siquiera sé enteraría, pero no, en lugar de eso, se recostó a un lado, quizá un poco más pegado de lo que creyó que estaría nunca a una humana, pero no le resultaba del todo molesto.

Se acomodó lo mejor que pudo y cerró los ojos, aquel maldito campo de energía tenía algo más, algo que sin duda era peligroso para él; lentamente empezó a dormir.

La escena dibujada era, si bien muy extraña, muy tierna en cierta forma. Kagome en sueños había dado la vuelta quedando ladeada y tomando con una de sus manos la ropa de Sesshomaru.

El demonio se había percatado de eso, pero no hizo nada para separarse de ella. El aroma que emanaba de Kagome le resultaba extrañamante reconfortante, lo relajaba de una forma que no sabía que podía experimentar. La dejó entonces en aquella posición.

Seguramente al despertar, ninguno de los dos hablaría del tema, Sesshomaru se levantaría primero para evitar la mirada de Kagome, ella se quedaría pensando si se había despertado en la noche y se había ido a acostar ahí o si Sesshomaru la había acostado, no, en la mente de Kagome aquello sonaría ridículo, y se olvidaría del tema por un buen rato.

Pero para Sesshomaru aquella noche quedaría grabada en su memoria. Y el aroma de Kagome quedaría tatuado en sus sentidos.

Are You Bored Yet?..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora