Tus labios sobre mi piel...
Apenas iba amaneciendo e Inuyasha ya se encontraba esperando a Kagome fuera del pozo, ésta vez él no iría por ella, no, se encontraba molesto por alguna tontería, como era su costumbre, pero aunque supiera que él no tenía razón, la verdad no quería que ella lo supiera.
Pasaban los minutos, las horas hasta que fue medio día ya, sus amigos lo veían desde lejos, con una sonrisa disimulada, pero no se acercaron, lo dejaron que siguiera esperando a su amiga y se fueron otra vez hacia la casa de la anciana Kaede.
Inuyasha suspiró ya cansado de esperar pero negándose a separarse de aquel lugar, no quería que ella llegara y nadie estuviera para recibirla. Sin embargo un olor familiar le hizo hacer una mueca de disgusto, aquello no le agradaba.
— Grrr —gruñó por lo bajo, él estaba esperando a Kagome y en su lugar había llegado ese maldito lobo rabioso.
— Ah... Hola bestia —dijo restándole importancia a Inuyasha, mientras con la mirada buscaba algo o mejor dicho, a alguien.
— ¿Qué tanto ves‽ —espetó Inuyasha mientras lo veía con el seño fruncido.
— ¿Dónde está mi mujer‽ —aquella pregunta hizo enojar aún más a Inuyasha que ya estaba por abalanzarse sobre él. De pronto el lobo vio curioso el pozo dónde estaba sentado Inuyasha—. Así que éste es el famoso pozo por el que llega Kagome —dio unos pasos al frente viendo hacia el interior del pozo, pero Inuyasha se interpuso, como si el sólo hecho de ver aquel lugar fuera prohibido para aquel demonio— ¡Hazte a un lado bestia!
— Quítate de ahí lobo —y de la nada empezaron a forcejear, se tiraron en el pasto sin darse cuenta que detrás de ellos ya se encontraba Kagome saliendo del pozo.La muchacha observaba aquella escena entre divertida y molesta, no entendía por qué no podían ser más civilizados, se dijo que probablemente porque eran demonios, se sentó en el borde del pozo y puso sus manos en las piernas, se preguntaba cuánto tardarían en darse cuenta que ella estaba ahí.
Inuyasha forcejeaba con Koga, pero entonces se levantaron del suelo mientras se empujaban, parecía una pelea de niños, Inuyasha tenía la mano de Koga en la cara impidiéndole ver nada.
— Quita tu asquerosa mano de mi cara —se quejaba Inuyasha mientras intentaba quitarse la mano de encima. Agarró a Koga del cabello y lo jaloneó un poco, pero al no lograr quitárselo de encima, optó por empujarlo con un poco más de fuerza de la necesaria; Koga trastabilló hacia atrás y dió media vuelta para sostenerse de la orilla del pozo, pero lo que encontró fue a Kagome.
Inuyasha abrió los ojos tan grandes como podía y se abalanzó hacia adelante intentando impedir lo inevitable, puso su mano por delante para apartar al lobo, pero su sorpresa fue más al ver lo que ocurría segundos después.
Kagome estaba sentada frente a los dos muchachos con los ojos abiertos por la sorpresa, Koga se acercaba a ella trastabillando sin poder detenerse, Inuyasha corría a un lado con el brazo por delante; Inuyasha ciertamente llegó primero pero no lo suficientemente rápido para hacer más nada, Koga llegó después con la cara por delante, parecía que se besarían, desde la parte trasera parecía que efectivamente se estaban besando, pero, acercándose más se veía la mano de Inuyasha entre los dos, sí, ambos tenían los labios sobre la mano de Inuyasha.
Tras estar así unos segundos, Inuyasha aventó a un Koga muy sonrojado, había besado a Kagome, bien, había sido un beso indirecto y había besado además la mano de ese asqueroso perro, pero, pero, la había besado, ¿cierto‽
Kagome estaba igual de sorprendida, ¿qué había pasado ahí‽ Fue todo tan rápido que cuando se dió cuenta tenía la mano de Inuyasha pegada a sus labios y encima a Koga que la veía directo a los ojos, todo había sido tan, tan, ¿es qué aquello contaba como un beso?
Inuyasha parecía creer que sí, pues se encontraba realmente enojado, parecía que le daría una paliza al lobo, pero éste al darse cuenta de las intenciones nada amigables del perro, se despidió rápidamente y con una sonrisa en los labios, sí, aquello lo recordaría por siempre, tan sólo haber visto así de cerca los hermosos ojos de Kagome, valía la pena el maldito olor a perro que tenía pegado a la nariz.
— I... Inuyasha tranquilo —dijo Kagome mientras lo detenía de la mano pues se disponía a desenvainar a Colmillo de Acero.
Inuyasha murmuró y gruñó un rato más pero se dejó calmar por Kagome, no quería verla a la cara, aquello había sido, ¿cómo había sido tan inútil? Había dejado a ese maldito lobo acercarse así, la había, un segundo más y él la habría, la habría... Ni siquiera él la había besado, ni de forma indirecta.
Una idea cruzó por su cabeza, bajó la mirada, seguida por la mirada de Kagome, vio su mano, en aquella mano habían estado los labios de Kagome... Se le aceleró el corazón un segundo, levantó lentamente la mano, y ante los ojos espectantes de Kagome, puso los labios encima de donde segundos antes habían estado los de ella.
El rubor que se había desvanecido de las mejillas de Kagome volvió más fuerte, además, aquel gesto tan simple le había quitado por completo el aliento.
Sus ojos se encontraron... No necesitaban decir nada, Kagome tomó su mano y se recargó en su brazo, comenzaron a caminar. Definitivamente Kagome no olvidaría aquella extraña bienvenida y quizá para la próxima se aseguraría de que supieran que ya había llegado.
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FanficHaciendo el #Flufftober de #EsDeFanfics . Conjunto de Drabbles de InuYasha, no tienen conexión entre si. COMPLETA.