Capítulo 3

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Seguí con mi vida de mierda durante un par de meses más, hasta que un día vagando por las calles de Nueva York encontré algo, un pequeño labrador de pelaje color crema y unos ojos negros cristalinos, me lo lleve a casa y le bañe, peine y le di de comer. Decidí llamarlo Tod; desde entonces no nos hemos separado ni un momento, es mi gran compañía, mi gran apoyo y mi mejor amigo, mi único amigo en realidad .
Cuida de mi igual que yo cuido de él, yo le proporcionó una casa y cariño ( algo que dudo que haya tenido alguna vez ), y él me proporciona una gran compañía ( cosa que no tenía desde hace bastante tiempo) y una razón por la que no estar amargada con la vida. Me encanta jugar con él y por un momento distraerme y olvidarme de todo lo malo. No se que haría si volviese a quedarme sola, pero eso no va ha pasar, o eso espero.

Apocalipsis ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora