Reencuentro.

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Cap 3.



— ¡Porque tardan tanto!  -. (¡Por que tarda tanto!) Preguntó USA hacia su secretaria.

— No no I dont know -. (No-no lo se) Emma, su secretaria, respondió nerviosa, raramente su jefe se alteraba de esa manera.

— Calmate USA -. Intento relajar Washington -. You know how miami is -. (Tu sabes como es miami).

— Tienes razón -. Soltó un leve gruñido -. Nisiquiera se porque quieren ir conmigo.

— Uh, ¿Curiosidad? -. Obvio Washington rodando los ojos.

— Curse -. Maldijo por lo bajo.

Ya habían pasado dos horas desde que le pidió a Emma que les avisara, ¿Y que paso?, los niños ricos se dieron el postín de la vida, más Miami que Washington.

USA estaba perdiendo la paciencia, si no llegaba en menos de 15 minutos exactos, se irían sin el, no podía hacer más nada, y es que ¡Dios!, debieron salir hace dos horas.

Pasaron alrededor de 14 minutos, USA veía su reloj, estaba contando los segundos que faltaban para los 15 minutos.

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— Oye, ¿Por qué miras tanto tu reloj? -. Preguntó curioso Washington.

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— ¿Usa?

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— ¡No me ig-! -. Pero sus protestas fueron calladas por un portazo.

Era Miami, Emma pudo respirar tranquila, no la reprenderian por culpa de aquella ciudad.

— Sorry for the delay! -. ( ¡Pido disculpas por la demora!) se disculpo apenas pudo regular su respiración.

— ¿Por qué tardaste tanto? -. Preguntó molesto, estaba a punto de dejarlo -. No importa -. Suspiro -. Vamonos ya, no quiero más retrasos, Emma, ​​please only call me in urgent times -. Pidió, para luego tomar su maleta y dirigirse hacia el aeropuerto.

Solo serian tres horas, tres horas para volver a ver a su Chocolatero.

— ¿Como crees que son las tierras de Venecia? -. Preguntó Miami a Washington.

— Al ser un país tercermundistas, probablemente horribles -. Escupió Washington -. Pero quien sabe, quizás haya algo interesante -. Termino por decir.

— Uh, tal vez haya alguien que te haga sentar cabeza -. Se burlo.

— Yes of course -. (Sí, por supuesto) respondió sarcástico.

Miami solo pudo reír, tal vez nadie haga sentar cabeza a su mejor amigo.

☆…☆…☆…☆…☆…☆…☆…☆…☆…☆…☆…☆

— Que gueboooo, aaaaaa -. Se quejo el Caracas -. Estoy ladillao'.

Venezuela solo rodó los ojos -. Pues vete a dormir, nisiquiera se porque estás aquí.

— Ay, no seas así, y yo que te quería acompañar pa' que no estuvieras sólito -. Dramático, como siempre.

Ya habían pasado unas 5 horas exactamente desde que empezó su turno pero Caracas decidió acompañarlo.

Se encontraban fastidiados ya que en la televisión no pasaban algo interesante, así que Venezuela no aguantando más se dirigió hacia su cuarto en busca de una cobija, luego de tenerla se fue hacia el balcón con una silla, vería el cielo estrellado un rato.

— Caracas voy a estar en el balcón, cualquier vaina pegas un grito -. Aviso.

— Si sa.

Venezuela al escuchar la respuesta afirmativa procedió a sentarse y mirar el cielo.

Pasaron al rededor de unos 15 minutos cuando de repente se escucho como tocaban la puerta.

Se levantó y intento inclinarse para ver quien era pero al estar el balcón en un costado y los tantos árboles que estaban al rededor de la casa y sin contar que era de noche no lograba ver nada.

— Caracas -. Llamo.

— Si, yo también escuche, quédate aquí, yo voy.

Pero al llegar a las escaleras que dirigían hacia la parte de abajo dudo.

— ¿Y si es un espanto? -. Vacilo.

— Nojoda, vente para acá que voy a bajar yo -. Caracas era un cagao', pensó.

— Pero no te arreches pues -. Dijo caracas siguiéndole el paso, con un arma en la mano.

Cagao' si, pero webon jamás.

Al llegar a la puerta volvió a sentar el timbre, ajustándonos a ambos, pues no se lo esperaban.

— Caracas, ve y llama a Bolívar -. Mando en un susurro.

— Pero- -. Intento protestar este.

— Anda, no son los del gobierno, ellos ya hubieran tumbado la puerta, ve y llámalo -.Mando, pero esta vez con voz más autoritaria.

— No. Ahora abre esa mierda, que el que este atrás va a llevar plomo -. Aseguro su capital.

"Could it be that there is no one?" "I told you, we didn't have to trust that madman!" -. Se escucharon voces detrás de la puerta.

Estas eran en inglés, de repente a Venezuela se le vino una idea, ¿Acaso era...?

Sin perder más tiempo abrió rápidamente la puerta encontrándose con...

— ¿USA? -. Preguntó sin poder creerlo.

— Venezuela...

— Y Caracas, ¿Y esos maricos quienes son? -.

...

Pussy e' your motherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora