Estrellas-parte 1.

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Cap 5.



USA rápidamente camino hacia donde se había dirigido el venezolano, ignorando la orden de este.

Siguió lo que supuso fue el camino que tomo el venezolano para ir hacia "el balcon".

Por un momento pensó que se había perdido, ya que no conocía nada de esa casa, pero esa idea fue rápidamente descartada al encontrar al tricolor de estrellas en lo que a su parecer era una terraza.

Lo primero que capto su atención es que Venezuela parecía muy pasifico, solo esta allí, sentado enrollado con una sabana, viendo el cielo.

Luego de apreciar al venezolano por unos segundos procedió a entrar a la terraza lo más sigiloso posible, todavía no quería que el venezolano se diera cuenta de su presencia, mucho menos que cuando se diera cuenta se asustara y-

— Ya se que estas ahí gringo -. Dijo el chocolatero sin voltear a verlo.

Su plan de sigilo se fue a la mierda.

— ¿Como tu...? -. Preguntó, sin terminar realmente la pregunta.

— Supuse que me ibas a seguir, conozco lo terco que eres -. Dijo viéndolo de reojo.

— Sorry Jaja -. Se disculpo apenado, ¿en verdad era tan terco? -.

— ¿Quieres algo? -. Preguntó volviendo su vista al cielo.

— A-ah yo -. El venezolano lo interrumpió.

— Perate', déjame traerte una silla, pa' hablar mejor -. Dijo levantando de si asiento para proceder a ir a la sala por otra silla -. Si quieres vete sentando en esa, no tardo.

— No es necesario vene -. Intento deterner el de 50 estrellas, le daba pena.

— No seas gafo, déjame traer la otra silla y vuelvo, no es nada -. Rodó los ojos este.

USA solo se quedó viendo como el de 8 estrellas se iba en busca de la silla.

Luego de un pesado suspiro se acercó a la silla y se sentó, la verdad es que desde ese lugar se tenia una muy bonita vista de la ciudad Caracas.

Apesar de los problemas, Venezuela seguía siendo un país bello, en todo sentido.

Sonrió ante ese pensamiento.

— Ay vale, ¿Ahora te ries sólo? -. Comento burlón para luego colocar la otra silla, sentarse y entenderle una taza de café que había dejado hecho caracas.

— Muy gracioso -. Dijo aceptando la taza de café.

Luego de ese corto intercambio de palabras se quedaron abmirando el cielo, hasta que USA rompió aquel silencio.

— Entonces... ¿Rusia eh?...

El de 8 estrellas lo volteó a ver con una ceja alzada.

— No vallas a empezar gringo.

— No no... -. Negó, era simple curiosidad -.

Silencio.

— Y... -. Volvió a hablar -. ¿El... va a venir?

— ¡Coño gringo!.

— ¿What?, no estoy diciendo nada malo -. Dijo para después beber de su café.

Que por cierto, sabía exquisito, tomaría una nota mental de pedirle que luego le dijera que marca de café era.

— No lo se... tengo tiempo sin hablar con el  -. Termino por contestar.

Pussy e' your motherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora