Misión.

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Cap 16.




—Pero antes de hacer cualquier cosa, ¿Qué hacen ellos aquí? -. Pregunto señalando con la cabeza a USA.

— No creo que sea momento para- -. Intento meterse Alejandro pero una mano en su hombro lo detuvo.

Al voltearse se encontró con Caracas negando.

— Ustedes llegaron aquí sin previa anunciación, tienen que explicar eso -. Aclaro Rusia -. O si no los podemos tomar como amenazas.

Washington y Miami fruncieron el seño.

USA solo estaba tranquilo, hasta parecía divertido con la situación.

— No tienen porque preocuparse por eso, no lo somos, ni siquiera estuviéramos aquí si fuera así -. Dijo Washington con calma.

— Pero entendemos sus razones, pueden hacernos cualquier pregunta, ¿Verdad Estados Unidos? -. Pregunto Miami también con calma.

Pero sin dejar de mirar de reojo a Bolívar. Estaba preocupado.

— Si -. Apenas asintió el americano mayor.

— Bien, primero que nada, esto no es nada contra ustedes, es más bien con las personas con las que hablaron, pudieron decir cosas a personas incorrectas, es simple formalismo de seguridad, ya saben -. Suspiró Venezuela.

— Muchos sapos -. Terminó la oración Caracas.

— Podrían empezar por decir cómo encontraron la casa en dónde estábamos -. Sugirió Moscú.

— Entramos al país por la frontera de Colombia, con ayuda de este mismo, no fue fácil, habían muchos guardias en gran parte... Demaciados -. Dijo extrañado Miami -. Así que tuvimos que entrar por... ¿Amazonas?...

— Después fuimos hacia un aeropuerto, el aeropuerto Nacional Cacique Aramare si no me equivoco -. Recordó Moscú -. Tomamos un vuelo, lo cual también fue muy difícil y tedioso -. Dijo Washington arrugando la nariz.

— ¿Cómo carajos hicieron eso? -. Pregunto Miranda incrédulo.

— Ventajas de viajar con la primera potencia mundial -. Dijo orgulloso Miami.

— No creo que USA tenga algún poder aquí... -. Murmuró Alejandro.

— Luego llegamos a Vargas, bajamos del avión, tomamos un taxi -. Siguió con la explicación USA -. Hay empezó lo difícil, ya que no sabíamos en dónde estábamos -. Suspiró, solo recordar todo lo que habían recorrido lo cansaba.

— Nawebona, muchas ganas -. Rió Venezuela.

— Si... -. Sonrío USA -. Luego, llego un momento en el que solo preguntábamos por ustedes a civiles, nadie nos sabía explicar o dar razón de dónde estaban... -. Explico rascándose la nuca.

— ¿Entonces como lograron...? -. Pregunto Alejandro.

— Bueno, ya era tarde, así que nos dirigimos a un hotel que ya teníamos reservado por si alguna emergencia, era algo lujoso pero medesto, por lo que pudimos apreciar en las fotos que nos enseñó Emma -. Seguío relatando Washington -. Todo eso lo hicimos caminado, para no hacer el cuento más lagargo paso esto, nos encontramos a un señor mayor que hablaba sobre ustedes, nos hacer vamos y preguntamos, nos dijo que habían rumores de que estaban escondidos en la dona rica de Caracas, pero que no era nada seguro, fuimos, los encontramos fin.

— Un Oscar para la mejor redacción -. Dijo rodando los ojos Caracas.

Moscú se burló.

Washington los miro mal.

Pussy e' your motherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora