•reunidos•

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Sam estaba corrigiendo algunas pruebas de sus alumnos cuando alguien llamó a la puerta.

- Hola, puedo ayudarle en algo?

Había un hombre alto, con una barba de varios días y ojos azule. Iba con traje de trabajo y era mayor, de unos cincuenta.

- Hola... yo...

El hombre no parecía decir nada.

- Esta bien?

- Es... es usted... Samantha Delacour?

- Em... si, soy yo.

- S-soy... Elija Morningstar... T-tu padre...

Sam se quedo petrificada.

Si que es cierto que aquellos ojos azules eran iguales al ojo izquierdo de Sam, ya que el otro era marrón. Y los rasgos faciales se parecían mucho...

No se parecía a ninguna de sus hermanas y a penas se parecía a su madre. Ahora veía veía porque, era muy parecida a su padre.

Él la había abandonado cuando era una bebé... ¿Que hacía ahora aquí?

No sabía que decir y se quedó más sorprendida cuando vio a su madre y a sus dos hermanas detrás de él.

Ahí estaba su madre, Apolline Delacour

Su hermana mayor, Fleur Delacour

Y su hermana pequeña, Maddie Delacour

¿Que hacían todos aquí?

- ¿Que cojones esta pasando? - Al ver que nadie decía nada, Sam volvió a hablar - ¿Mamá?

Apolline Respiro profundamente y habló.

- Samantha, cariño... Sí, es tu padre... Él... quería verte y-

- No. Él me abandonó. No me a hecho falta hasta ahora y no me hará falta en un futuro.

- Hija, porfavor... - Suplicó el hombre.

- No soy tu hija. Tu hija murió cuando la abandonaste. Mi padre era Mousier Delacour y él murió.

- Él no era tu padre, soy yo.

- No, señor. Mousier me cuido y me quiso como si fuera su propia hija, a pesar de que mi madre fue la que lo engañó. A si que, si no tiene nada más que decir, váyase ya. Váyanse todos de aquí.

- Hermana, porfavor...

- Fleur, os quiero mucho a las tres y estaré encantadas de que os quedéis conmigo si queréis. Pero este hombre no forma parte de mi vida.

Apolline sabía como era su hija y no iba a cambiar de idea. Así que con la cabeza baja, todos se marcharon por donde habían llegado.

Cuando Sam, la cual tenía los ojos empañados de lágrimas, se giró para volver a su despacho. Vio a Mcgonagall ahí de pie.

- Disculpe por esto, yo... - Intentó hablar sin echarse a llorar, pero Minerva se adelantó antes de que se derrumbara.

- Vete a casa, cariño. Tan solo te queda una clase, ya me inventaré algo. Vete tranquila.

Sam (George Weasley) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora