•Segura•

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- Georgie? - preguntó Sam con una sonrisa cuando abrió la puerta y lo vio acabando de arreglarse.

- Oh-hola - Dijo este un tanto nervioso.

- Que haces aquí? - Hizo una señal para que este pasara a su despacho.

- Queria darte una sorpresa y llevarte a cenar. - Dijo muy sonriente mientras se paseaba observando la oficina.

- En ese caso, agarro mi bolso y nos vamos - Una sonrisa se dibujó en sus labios.

- Me encanta que me tengas aquí - La chica sonrió más ampliamente y este volvió a hablar - pero esta de aquí sobra un poquito - Dijo levantando la foto que tenía la castaña con Charlie.

- Es familia para mi, así que ahí se va a quedar - Dijo caminando hacia el escritorio para volver a dejar la foto en su sitio.

- Me estás diciendo que no? - Dijo este divertido

- Exactamente. Esa foto se queda aquí y no hay más que hablar. - Empezó a dirigirse hacia la puerta cuando el pelirrojo la estiró del brazo hacia atrás.

- Segura? - Sururró en el odio de la castaña mientras rodeaba la cintura con sus manos y apretaba su cuerpo por detrás de la chica.

- Segura - Empezó a jugar con él.

George era dominante en este sentido y eso a ella le gustaba. Queria jugar con él y sabía que diciendo que no a lo que él quería lo conseguiría. Él se volvería mucho más dominante de lo que ya era.

- Yo no estaría tan segura nena - Sururró con voz ronca en el oído de la chica y la agarró del cuello provocando un jadeo por parte de Sam.

Le quitó la camiseta y besos húmedos empezaron a descender por su cuello apretando un poco más su agarre. Agarró su varita y lanzó los dos hechizos para después lanzarla junto a su chaqueta. Sam empezó a notar el notable bulto del pelirrojo así que empezó a mover su trasero provocando fricción con él.

- Sigo estando muy segura - Susurró de manera seductora. George soltó un gruñido y giró a su chica para besarla salvajemente.

Sam no dejaba que la lengua de George entrara pero este agarró fuerte su trasero haciendo que la castaña gimiera, aprovechando la ocasión para introducir su lengua.

- Pues yo haré que estés segura pequeña puta - La levantó y la sentó en el escritorio.

Ante las palabras del pelirrojo Sam jadeo. George la sacó de encima de aquel mueble y la puso contra este dejándola totalmente expuesta. El miembro del chico estaba apretado contra trasero de la castaña y esta apoyaba sus codos en la mesa.

Bajó sus pantalones junto a los de él y la agarró del cabello tirandola hacia atrás. Se acercó a su oído y susurró.

- Te has portado muy mal nena. - Apretó su erección contra su trasero - Y eso debe de tener un castigo.

Cuando Sam iba a hablar notó un dolor en su nalga. Pero en vez de quejarse lo único que salió de sus labios fue un gemido lleno de placer.

- Te gusta eso, cierto? - Gruñó y Sam asintió con la cabeza. - Necesito palabras, preciosa.

- S-si George, me gusta. - Dejó salir un suspiro - Dame más p-porfavor.

El pelirrojo sonrió satisfecho y otra cachetada se hizo presente junto con un jadeo por parte de la castaña.

- Más fuerte! - Pidió Sam.

- Como se piden las cosas?

- P-porfavor Georgie, dame más fuerte. Porfavor - Un último suspiro salió y el pelirrojo gruñó.

Le dio una tercera cachetada esta vez más fuerte y un gemido más sonoro que los anteriores salió de la boca de la castaña.

Sam se giró y besó a George pasionalmente. El cual el pelirrojo no tardo en corresponder. El conjunto de ropa interior se la chica no tardo en desaparecer al igual que la ropa del pelirrojo. Ahora este se encontraba con tan solo sus boxers y la castaña empezó a palmear su erección por encima de estos.

- No juegues conmigo pequeña - La voz ronca y cargada de placer hicieron que Sam se estremeciera.

Al parecer la chica seguía jugando con él así que este agarró su muñeca y volvió a ponerla en la posición anterior, pero ahora las manos de ella estaban atadas a su espalda con la corbata del pelirrojo.

Paso dos dedos por la entrada y clitoris de la chica y vio que ya estaba preparada.

- Siempre tan preparada para mi. - Dijo quitando sus dedos de su feminidad.

Sam iba a hablar pero lo único que salió fue un fuerte gemido por parte de los dos.

George embistió con fuerza dentro de ella provocando aquellos dos fuertes gemidos. Agarró a la chica por el cuello y tiró su cuerpo hacia atrás haciendo que este le diera más fuerte.

- M-más rápido. Porfavor G-george! - Eran las únicas palabras que podía formular en aquel momento mientras sus manos agarraban como podían la corbata presionada en sus muñecas.

El pelirrojo entró de nuevo dando estocadas más rápidas y fuertes. La espalda de la chica estaba curvada por el agarre en su cuello y el cuerpo de George detrás de ella. Las paredes de Sam se apretaron alrededor del miembro del chico implicando que ya estaba cerca.

- Todavía no Samantha - Un escalofrío recorrió su columna al notar un frío anillo en la parte inferior de su espalda.

- George... porfavor, d-dejame.

- He dicho que todavía no. - Empezó a dar más fuerte mientras Sam aguantaba sus ganas de acabar.

Cuando todo empezó ella debía admitir que le dolía un poco, pero el placer siempre era superior. Ahora lo único que sentía era un placer inmenso. Sus cuerpo se fundían como si fueran uno, como si estuvieran hechos el uno para el otro.

- Ahora - Dijo gimiendo el pelirrojo cuando sus embestidas fueron más desiguales.

Sam no dudó ni un momento cuando dejó que su cuerpo llegara a su punto máximo al mismo tiempo que el pelirrojo. Se quedaron en esa posición unos segundos esperando a que sus respiraciones agitadas se calmaran.

George sacó su miembro de dentro de la chica y le quitó la corbata que estaba atada en sus muñecas. La levantó, la giró y la besó ferozmente.

- Necesito que me des ese frasco que hay en ese estante - Dijo señalando el mueble de su derecha aún recuperando su aliento.

- Ahora? Para que? - Preguntó confundido.

- Quieres ir a esa cita? - George asintió con la cabeza - Entonces dame ese frasco - Dijo sonriendo inocentemente mientras se colocaba la ropa interior.

George se puso los boxers y le entregó aquella poción. La castaña tomó un trago y la dejó en su sitio de nuevo. Los dos de colocaron la ropa y el pelirrojo habló.

- Ya me puedes decir para que era?

- Con lo duro que me acabas de follar, de verdad crees que podría caminar como si nada?

El pelirrojo carcajeó y le dio la razón sintiéndose orgulloso.

- Por cierto, la foto con Charlie se quedará en su sitio de todas formas. - Dijo divertida mientras salía por la puerta de su despacho después de limpiar todo.

- No no - Gritó un poco mientras corría hacia la dirección de la castaña.

- Sí si - Le guiñó el ojo y este empezó a reír aceptando la derrota.

Paso su brazo alrededor de los hombros de su chica y, definitivamente, hoy era el día en que esperaba que aceptara ser su novia.

Sam (George Weasley) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora