Jake
— No tengo todo el día— Bufe echando mi cabeza hacia atrás. Por obligación tenia que esperar a mi nuevo compañero de cuarto, dejaría en claro muchas cosas y luego-si se me daba la gana- lo llevaría a conocer el lugar o lo dejaría a su suerte.
La puerta sonó, fue abierta lentamente y cuanto enfoque mi mirada note a un chico rubio, bajo de estatura y con un leve rubor en sus mejillas que desaparecía poco a poco. Sus ojos eran coloreados por un verde suave que le hacia ver su rostro más luminoso.
— Hola, mi nombre es An-Andrés Barrera
— Soy Jake Robinson— Digo de forma simple concluyendo mi presentación. Sus ojos suben hasta los míos y los aparta inmediatamente, es tierno; De hecho es muy tierno como para dejarlo ir.
Andrés
— ¿Por qué me miras así?— Hice el esfuerzo por no tartamudear, no me quitaba la mirada de encima y cuanto hable volvió a la realidad y sonrió.
—Por nada—sonríe— Entonces eres nuevo—Asiento con la cabeza—¿Cuántos años tienes-Pregunto con un tono de simpatía
— Tengo 16—Deje de hablar creyendo que seria un error, pero por la mirada que me lanzo decidí continuar— ¿Y tu?
— 17— Se levanto de su lugar y paso por mi lado— ¿Quieres algo de comer?— Asentí de forma rápida al escuchar mi estomago gruñir del hambre.
Salimos del cuarto, no conocía el lugar así que lo seguía a donde fuera. Cuando llegamos no pude evitar soltar un sonido de asombro, el lugar era enorme y había muchas mesas, seguido de eso el olor a comida llego a mi nariz y volví a escuchar mi estomago.
—Veo que te gusto—Afirmo Jake
—La verdad es que si es muy bonito
—Bueno, a comer—dice y yo asiento mientras emprendemos paso para coger unas bandejas, mientras hacíamos la fila que fue una eternidad, nos conocimos más a fondo. Al tener nuestra comida ya en nuestras bandejas caminamos hacia una mesa, estaba tan distraído que no pude evitar chocarme con alguien.
— Lo la-lamento no fue mi intención—alzo la mirada para ver con quien me había chocado y me di cuenta que era el muchacho de esta mañana.
—¡QUE TE PASA IDIOTA!— Gritó—¿ACASO NO VEZ POR...Un momento—Me mira de arriba abajo y sin esperar me toma de la mano arrastrándome fuera del lugar. Veo como las puertas de la cafetería se hacían más pequeñas y el pánico comienza a invadirme.
¿Me golpeara?
—¿Cómo te llamas? —dice cuando nos detenemos y con un tono amenazante, alzo la mirada y me encuentro con sus penetrantes ojos negros
—A-Andrés Ba-barrera— hablo nervioso y con la voz baja
—Bien Andrés....Veo que eres nuevo así que podría tomar algo de mi tiempo para explicarte las reglas—mira a ambos lados y luego vuelve su mirada hacia mi— Mis regla— Lo mire con temor y luego moví la cabeza lentamente— Primero: las mujeres son mías, segundo: si te metes conmigo estarás en graves problemas, tercero: Lo que yo digo se cumple, sin negociación si no quieres morir antes de lo estipulado, cuatro: No hables a menos que yo te lo pida y cinco—me mira de arriba abajo y alza la comisura de su labio para dejar ver unos dientes blancos— :Te convertirás en mi mascota, eso significa que tendrás que hacer lo que te diga sin excepción y acompañarme a donde te pida. ¿Entendido?—asiento con la cabeza y luego bajo la mirada—Pregunte: ¿Entendido? —dice esta vez con tono más firme
—S-sí
—Eso espero mascota— No dice nada más y se gira dejándome completamente solo. El corazón me palpita de forma rápida y de mi mente no puedo sacarme su mirada fría.
¿Qué acaba de pasar?
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Mi inocencia es tuya
RandomLas miradas lo dicen todo, y con tal solo el contacto de ambos se decían hasta lo que no estaba escrito. El oji-verde tenia miedo, mostraba una debilidad excitante y encantadora mientras que el de ojos grises mostraba fuerza, determinación y ausenci...