Mi inocencia es tuya

Capitulo 11

 Jake

—Dios odio esta parte—dijo Alejandro tratando de levantarse, solté una sonora carcajada y él me fulmino con la mirada— ¿Cómo fue que terminamos así? O mejor dicho ¿Cómo termine así?

—No te quejes de tus dolorcitos, fuiste tú el que se insinuó primero

—Claro que no, fuiste tú el que llego a las doce a mi casa no creo que haya sido solo para hablar ¿o sí?—dijo señalándome con el dedo

—Claro que fue por eso, yo quería hablar pero luego llegaste con tu carita y medio desnudo. No todo es mi culpa

—¿Ósea que fui yo el que se insinuó?—dice divertido, gira su cuerpo para quedar enfrente mío. Me muerdo el labio al ver su torso totalmente desnudo

—¿¡Lo vez!?—estiro mis brazos probando el punto— A eso me refiero, estoy quieto y llegas de esa manera a provocarme

— No sabía que tenías poca fuerza de voluntad

— No tiene nada que ver conmigo, sino con el alcohol que me hiciste tomar ayer 

Flashback

—¿Sabes?—dice en susurro—En este momento estoy soltero

—¿Enserio?— Digo con tono seductor e irónico mientras lo atraigo hacia mi regazo —demuéstramelo—una sonrisa pícara pero a la vez angelical se dibuja en su rostro. En ese instante cortamos el espacio posible y unimos nuestros labios en un tierno beso, que con el tiempo se volvió salvaje. Me retiro de sus labios y comienzo a besar su cuello mientras sus manos acarician mi cuello y suelta gemidos que me excitan más de lo que estoy. Con su débil voz comienza a balbucear, con sus manos hala mi cabello para volver a unirnos en un beso. 

 De la nada comienza a sonar Hit me like a man. Me detengo y frunzo el ceño, trato de ignorar el infernal ruido concentrándome en el dulce sabor de la piel de Alejandro, pero este vuelve a comenzar sacándome un gruñido.

—Espera—dice y se levanta de mi regazo dejando notable mi deseo. Chasqueo la lengua y lo sigo con la mirada. 

Un celular. Un maldito celular corto el momento, pero nada me detendrá.

Me levante de mi lugar y sin que el rubio se lo esperara lo abrace por la espalda haciendo que saltaras, uní mis labios con los suyos interrumpiendo su habla, para luego bajar por su cuello y comenzar a morderlo dejando marcas apenas visibles. 

  —Estoy ocupado— Tragó fuerte, pase mis manos a su espalda y comencé a bajarlas lentamente—No, no tengo tiempo—Lo gire haciendo que nuestros ojos se unieran, no pude evitar soltar una risita al ver su rostro rojo. Puso una mano en mi pecho apartándome de él—¿Que?, Supongo —Me acerque a él y seguí dejando besos por todo su cuello—Basta...No, tu no...Agh esta bien...No iré solo—Finalizo la llamada a lo que me separe con una sonrisa

  — ¿Algún problema?

— El problema eres tu— Dijo como si fuera lo más obvio—Arréglate, nos están esperando

— Como digas— Bufe y me gire notando el gran bulto que tenia en mis pantalones— Dame cinco minutos 

Fin flasback

—Tú y tu actitud comenzaron con todo esto—dice Alejandro con fastidio—¡Diablos! mi cabeza—Puso una mano sobre esta haciendo un intento inútil por aliviar el dolor

—¿Ahora es culpa mía?—Bufé—¿A quien lo llamaron a mitad de la noche?, fue culpa de tu amiguito ese

—¿Amigo?—dice divertido—¿Solo por eso es todo este dilema y el que pasamos anoche?—se ríe y lo miro desconcertado—¡Era una mujer idiota! ¿Que creías? ¿Acaso pensaste que era uno de esos que tenían aventuras de una noche?—Se cruzo de brazos—No me digas—Hablo con tono irónico—¿Celos?