—¡Despacio!— grito pero me ignora—¡DREW!—lo regaño y el solo sonríe al ver mi cara de dolor. Me saca la lengua y toma la punta para darle la vuelta final, antes de que acabe de dar la vuelta me saca un gemido de dolor.
—No llores— lo fulmino con la mirada—Bien ya está, no hacía falta tanto drama—se levanta y me regala una mirada alegre. Una que nunca en mi vida vi. Suspiro y me trato de levantar pero cuando lo hago la herida de mi pierna, por diminuta que sea comienza a sangrar manchando la venda con sangre. Me quejo y me vuelvo a tumbar en la cama de Drew.
—Eres un idiota—le lanzo una almohada pero la logra atrapar —¡Otra vez!
—¡Lo siento!—digo en el mismo tono y me giro para darle la espalda. Bufa y deja la almohada a un lado mío para luego sentir como se hunde aquella cama haciéndome saber que se acostó.
—Córrete
—No cabemos los dos
—Pues no puedes irte de acá, estas herido y ni loco te voy a llevar— Me giró tratando de buscar una pose cómoda para los dos pero resulta en un grave error al verlo de tan cerca. Su nariz rosa con la mía y sus ojos chocan con los míos dándome una sensación de protección y confianza.
—Etto...Yo puedo irme solo—digo y trato de levantarme pero su cuerpo, la pared y mi herida no me dejan. Me quejo pero con las pocas fuerzas que tengo me levanto,paso por su lado y me siento intimidado, sigue cada uno de mis pasos con su mirada. Tomo mis zapatos pero cuando estoy a punto de irme toma mi brazo y me lleva hacia donde él esta. Me rodea con sus brazos pegándome a su cuerpo.
—¡Suéltame!—exijo pero es inútil
—¿Te dije que hablaras?—me muerdo el labio para luego negar con la cabeza—Bien, te quedaras acá y dormiremos—sentencia y se acomoda mejor para darme espacio en la cama, me acerco a él sintiendo su calor y sin esperarlo mi cuerpo cae en los brazos de Morfeo.
***
—¡Levántate!— Gritan en mi oído y de la nada siento como un peso extra cae sobre mi sacándome el aire y despertándome en seguida. Su sonrisa es divertida y sus ojos muestran un brillo especial.
—¡Quítate Drew!— grito con el poco aire que tengo pero lo que consigo es que comience a saltar sobre mi como niño de cinco años. Sus piernas están a cada lado de mi cadera y sus manos están a cada lado de mi cabeza para evitar que su peso termine sobre mí. Sin esperar y cansado de la situación, con un leve sonrojo en mis mejillas alzo mi puño y lo impacto contra su rostro haciendo que caiga al espacio vacío de la cama.
—¡Oye!, dolió—me mira con rabia y luego sonríe— Estas en problemas mascota
Y sin previo aviso se lanza sobre mi sacándome otro grito, mi cuerpo choca contra el piso y su cuerpo cae sobre mi sacándome una vez más el aire. Toma mis manos y las pone encima de mi cabeza.
—Uno—cuenta—Dos...No me hagas llegar hasta...
—Lo si-siento— tartamudeo no solo por el miedo sino por el dolor que siento. Sonríe con superioridad y antes de levantarse me lanza un puño.—¡Eres muy vengativo!—grito y con las fuerzas que salieron de la nada lo aparto de mí. La rabia me consume y más cuando su risa se apodera de la habitación.
—¿A dónde vas?—dice serio al ver que tomo mis cosas y me dirijo a la puerta
—A ver a director
—¿Por qué?
—Porque necesito ver mi horario—digo enfadado, salgo del cuarto dando un estruendoso sonido que alerta a más de una persona. Si es extraño ver a un hombre salir de la habitación del mujeriego, echo furia y más si no tiene pantalón. Todos me miran sin entender, bajo la mirada y con delicadeza me pongo el pantalón. Cuando ya estoy listo comienzo a caminar con mi cara ardiendo.
No se cómo es que llegue a la puerta del director, estaba tan metido en mis pensamientos y hundiéndome en un pozo de vergüenza que no sabía a donde iba. Termine en la puerta del director, pero en realidad lo que le dije a Drew era simplemente basura, ahora tenia la mirada del director encima mio.
—¿Que se le ofrece señor...?—Me miro de arriba abajo
—Barrera, Andrés Barrera— Desvío la mirada y en ese instante me percato del dios griego que esta a mi lado, suelto un suspiro de resignación y trato de ignorarlo, pero me es simplemente imposible cando sus ojos siguen mi cuerpo de arriba abajo. Es alto, su cabello es oscuro, sus ojos son de un miel profundo, su cuerpo es marcado y una sonrisa que tal vez ya la vi en algún lado.
— Bien señor Barrera, ¿Que se le ofrece?— Volví a la realidad y mire al director
—Yo...—suelto una pequeña risa—Quería saber el horario de las clases abiertas—Me quede callado por un segundo—creo que son los cursos
El director relajo su mirada y me entrego una hoja luego de firmarla, en esta habían muchas cosas sobre los cursos que daban después de clases pero nada era tan interesante con el sujeto y su sonrisa conocida. Trate de irme pero la voz del director me detuvo, ojala que sea la ultima vez que lo vea.
— Señor Barrera, agradezco que haya venido. Usted ya lleva un buen tiempo aquí y por como los profesores han hablado de usted muestra un desempeño medianamente conforme, así que seria el indicado para mostrarle el lugar a este joven. —Asentí con la cabeza—Y una cosa más— Lo mire—Busque mejores amistades
Era más que obvio que se refería Drew y aunque quisiera coartarle la lengua por decir eso solo solté un suave "si" y salí del lugar. En cuanto pise el césped del lugar solté el aire que tenia reprimido, ¡Que humillación! y para colmo mi reputación iba cada vez peor. Tengo mucho que arreglar en Drew.
Sentí la mano de alguien en mi espalda baja y mi reacción fue tomarla y torcerla de forma no convencional. Cuando vi sus ojos miel lo solté de forma rápida y me aleje de él.
—¿Así es como tratas a los nuevos?—Pregunto con gracia mientras movía su muñeca de forma costosa—Oh claro, casí me partes la mano y ahora no hablas—Soltó una carcajada
—Lo siento—digo en murmullo
— Solo te perdonare si me enseñas el lugar— Pasó su mano por mis hombros— ¿Tienes amigos?
— Unos cuantos
— Para mi seria un gusto conocerlos— Sonrió de par en par
—¡¿Enserio!?— Subió una ceja— Lo siento, es que no conozco a mucha gente aquí y bueno...
— Vamos a conocerlos— No espero a que contestara y me arrastro a uno de los edificios más cercanos del lugar
Síguenos en twitter información en la biografía
V. D
ESTÁS LEYENDO
Mi inocencia es tuya
RandomLas miradas lo dicen todo, y con tal solo el contacto de ambos se decían hasta lo que no estaba escrito. El oji-verde tenia miedo, mostraba una debilidad excitante y encantadora mientras que el de ojos grises mostraba fuerza, determinación y ausenci...