Capitulo 14

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Era imposible mantener la cordura no podía dejar de pensar en Drew, sentía que me iba a volver loco. Jake y su amigo hablaban todo el tiempo de él, y aún si tratara de evitar esos temas mi curiosidad aumentaba de a poco al punto de esconderme en el baño para saber que querían de él. Nunca conseguí nada y todo me sacaba más de quicio. 

Habían pasado considerables días desde el incidente y Drew no me dirigía palabra alguna, pasaba de largo y me hacia de lado. Lo extraño. Extraño los entrenamientos porque aceptemoslo o no el es uno de mis potenciales amigos de este lugar, y ahora estoy relativamente solo. 

Cuando sonó el timbre salí de primeras del estruendoso lugar y como todas las tardes me dirigía al edificio de los varones, solo que lo que cambio esta vez fue que termine enfrente del cuarto de Drew. Sentí mi cuerpo temblar pero no podía dar marcha atrás, Ann se había comprometido ayudarme y lo habíamos pensado mucho. Somos unos idiotas 

—Aquí tengo todo, dame permiso—Le abrí paso a la pelinegra y ella con la sutileza de una dama casi bota la puerta, comenzó a molerla de un lado a otro mientras que lanzaba maldiciones y por más que le rogara que fuera discreta eso no evito que festejara cuando la puerta se abrió. 

Busco la caja en el único lugar donde la vi pero des-afortunadamente ya no estaba. Mi desesperación creció y comencé a buscar como loco por todo el lugar, su cuarto parecía categóricamente organizado para que uno no pudiera caminar.  En el momento que abro el armario las cosas que habían amontonadas caen sobre mi, ahogo un grito pero eso no evita el dolor. 

—¡Callate!—Grito y me levanto, Ann sigue riendo en una esquina como desquiciada—¡Aquí! 

La caja estaba a solo pasos míos, cuando la tomo Ann se lanza sobre mi arrebatandomela y sin esperar un segundo saca un martillo de su bolso y rompe el inútil candado. Cuando vi que nada me impedía ver sus secretos me lance sobre ella y comencé a ver cada uno de los papeles con detenimiento.

  — Fecha de defunción...Inscripción...Reporte policial 

  —¡alguien viene!— Tome las cosas y la metí al armario con rapidez, los pasos de quien sabe quien se hicieron más claros lo cual aumento mi pulso y de forma rápida bajo la cama.  El sujeto entra con rapidez, se escucha su respiración agitada. Camina por toda la habitación y mi pulso se acelera. Siento como un de su cuerpo en la cama haciéndola rechinar. Suspira con desprecio y bota las cosas de la mesa de noche que está al lado. De la nada otros pasos se escuchan y paran justo en la entrada

—¡¿Qué haces acá?!— grita. Conozco esa voz

—Vine a buscarlo, tenía que pagarlas

—¿Cómo supiste que estaba acá?—dice con terror.

—Te seguí—dice con voz simple pero fuerte.

—¡Drew!— Es Jake. Este se adentra en el cuarto y al ver que el sujeto que llamo no está respira tranquilo.

—No esta—dice el sujeto de la cama—Pero pronto tendrá que venir—veo como sus pies suben y deduzco que se acostó.

—No lo vas a ver. Te tienes que ir, ustedes dos juntos son un peligro quien sabe cuanta gente va estar involucrada— su voz me es tan familiar— Matt vete de aquí—Una risa se escucha, una risa gustosa al oído.

—Tienes razón, no tengo nada que hacer aquí— Se levanta y camina hacia la puerta— ¿Serian tan amables de decirme donde queda la oficina del director?—y sin decir más sale del lugar seguido por los dos sujetos que con pánico salieron del lugar. Me asomo junto con Ann, miramos toda la habitación con miedo al pensar que se puede encontrar alguien. 

Ann se agacha para ayudarme a salir, le entrego los papeles y en cuanto tomo su manso siento como algo se incrusta en mi pierna y a medida que Ann me arrastra mi piel se revienta. Evito gritar y en cuanto salgo tapo mi herida. De mi pierna sale sangre, no mucha pero se ve la mancha color carmesí justo en mi pantalón grisáceo. Miro el objeto que me causo tal dolor y veo una pulsera de cuero, no tan ancha y con púas en ella, dos máximos en cada esquina de ella, donde termina el cuero y se amarra con unas tiras de lazo negro.

—¡¿Otra vez tu acá?!— esa voz no hace sobresaltar. Su postura firme y temerosa se encuentra en la puerta. Ann grita y toma su bolso para salir corriendo. Por suerte para ella la deja pasar pero cuando trato de hacer lo mismo me impide el paso y con sus fuertes brazos me pega contra la pared dejándome acorralado.

— Ho-hola—Una sonrisa se dibuja en sus labios. 

—¿Qué haces acá?—dice con voz suave pero sin quitarle la firmeza a sus palabras. Sus ojos profundos recorren mi rostro y vuelen a subir a mis ojos.—Responde 

—Qu-quería verte—digo y bajo la mirada pero me lo impide poniendo su mano en mi mentón subiendo mi cabeza. No dice nada, la parecer sus palabras le afectaron, a mí me sorprendieron pero lo ignore sabiendo que en parte era cierto. Extrañaba su fuerza, su posesión ante las cosas en simple palabras lo extrañaba. ¿Y cómo no?, si después de un mes no sentía su aliento ni sus ojos sobre mí.

No sé qué paso en el momento pero sentí sus dulces y cálidos labios sobre los míos. Con su mano acariciaba mi rostro y me sorprendía la ternura que usaba en aquel beso que me dejo pasmado. Le seguí el beso, mi cuerpo no resistió a tan deleitante y embriagante sabor de sus labios. Sus labios de movían sobre los míos encajando perfectamente en una sincronía magnifica.

Lame mi labio como pidiendo permiso, sonrió ante su tacto y él igual al saber aquella respuesta obvia. Su lengua se apoderó de mi boca mientras  buscaba la mía con desesperación. Pego su cuerpo al mío haciéndome sentir ese calor que emanaba de él  no pude evitar gemir cuando sentí sus manos debajo de mi playera, estaban frías. Pase mis dedos por su cabello y lo pegue más a mi profundizando el beso mientras sentía como con sus yemas acariciaba mi piel.

Su lengua viajaba en mi boca dándome sensaciones de nunca espere sentir. Señores y señoras este es mi primer beso, el primer beso que en verdad siento con cariño, amor y pasión. Corriente pasaban por mi cuerpo al sentir como su lengua chocaba contra la mía que notablemente era inexperta.

Movió su mano para ponerla en mi trasero. Pero al sentir un extraño objeto que estaba en mi pantalón se separó de mi dejándome con un extraño vacío sin comentar que el magnífico beso se cortó. No puede evitar sonrojarme pero eso no me importaba en el momento, lo que me ponía más nervioso era como metía sus dedos en el bolsillo de mi pantalón para buscar el objeto. No podía detenerlo, mi cuerpo no respondía. 

Al sacar la manilla un terror se apodero de su ser, se separo de mi de forma brusca chocando con la pared que tenia detrás, soltó la manilla pero eso no evito que en sus ojos se viera el temor y angustia. 

  —¿Que haces con eso?— Trate de contestar pero me interrumpió—¿Quien te la dio?— Su mirada de angustia se transformo en rabia pura, me tomo de los hombros y conecto su mirada con la mía— ¡Dime!

  — Yo...Solo me la encontré— En ese momento mi mente hace clic, el sujeto que estaba buscando a Drew, era el el dueño de aquella manilla.—Drew, yo no he hablado con nadie—Trate de explicarle pero sus ojos mostraban un profundo vació—Yo

Corto mi habla en cuanto me rodeo con sus brazos, la diferencia de estatura fue notable pero lo que más sorprendía era que el chico malo del lugar estuviera llorando en mi hombro. Algo andaba mal, tenia que conseguir respuesta y ahora tena una pregunta más

¿Quien era él?


Mi inocencia es tuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora