Andrés
Creo que hasta ahora puedo detallar como es Drew: sus ojos oscuros, su cabello no tan largo, su perfecta sonrisa y esa confianza que te transmite cuando articula una palabra. Él me da una confianza algo extraña, aparte de que me trata así-no me negare- este tiempo le he tomado cariño y no sé qué si le sucediera algo. Conmigo es tan diferente, tan lleno de vida y calmado que me sorprende en cierta manera.
Ya había amanecido, ambos nos quedamos fuera toda la noche simplemente conversando de cualquier cosa, un lindo gesto y sin importar que el bostezara seguía hablando animadamente
— ¿Qué te parece?—me mira
—¿Perdon?
—¿No me prestabas atención?—dice fingiendo estar ofendido—¡Que grosero eres!— Levanto mi cabeza de sus piernas dispuesto a reprocharle, pero una voz gruesa y seca hace que me trague las palabras, giro la mirada creyendo que es mentira pero mi cuerpo tiembla al verlo
—Hola
—N-no ¿Tú qu-que haces a-acá?—mi voz se quiebra y una sonrisa se dibuja en su rostro, ¿porque ahora? ¡No se supone que pasaría esto!
—Andrés, ¿Quién es él?—la voz clamada de Drew llega a mí y me acerco a él buscando calma y protección.
—Eso no te incumbe—Escupe- ¡Vámonos Andrés!—dice y sin dejarme contestar me toma de la muñeca y me hala alejándome de Drew, no hago nada para detenerlo se las consecuencias de forcejear con él. Le doy una última mirada a Drew y agacho mi mirada.
—¿Q-qué Bu-buscas?—digo y siento como las lágrimas están por salir
—Lo que siempre quiero. Estas mucho más guapo—mi cuerpo se debilita, pero de la nada siento una fuerza que me arrastra con delicadez. Drew me rodeo con sus brazos alejándome del animal que tengo al frente. La ira se nota en sus ojos, pero la frialdad que emana del otro sujeto es más fuerte que él.
—Tu no te lo llevaras—Dice en voz calmada pero firme—Nada de lo que tengas pensado pasara, ahora lárgate
— ¡Oh vamos! No tengo tiempo para este Show—Se acerca de manera rápida y me toma del brazo alejándome una vez más de de él. La presión en mi brazo aumenta haciéndome soltar un gemido débil
— Drew, es mejor que te vayas
— No lo haré, yo te prometí que te cuidaría—Quise correr a sus brazos pero la fuerza con la que me tenían sujeto me hizo dar nauseas, sentí como sus manos bajaban por mis brazos y como su aliento se chocaba contra mi piel.
—¿Quieres ver su sangre?—Susurro en mi oído
—¡Drew vete!—digo y su agarre termina
— No
—Vete
— ¡No lo hare!
— No quiero que te haga daño, ¡Vete!—Cierro los ojos dando paso a las lagrimas que luchaban por salir, los sollozos estancados en mi garganta salieron y lo único que pude ver con claridad fueron los profundos ojos de Drew. No supe que paso en ese momento, pero de forma rápida me encontraba siendo abrazado por Drew, no quise preguntar y mucho menos pensar solo me aferre a su cuerpo.
— No debiste de hacer eso— Suelta una risita— Te arrepentirás Andrés, ya sabes cuales serán las consecuencias
— ¡Largo!— Simplemente se da la vuelta y desaparece segundos después. Sentí mi pecho relajarse y mi cuerpo se dejo caer en sobre Drew, este simplemente me recibió acariciando mi cabello y esperando a que me calmara, cosa que paso minutos después.
—Andrés ¿Quien era él?
No quise contestar, solo me aferre a su brazos y trate de recobrar mi postura.
—Vamos a mi cuarto—No reprocho. Me ayuda a levantarme y emprendemos viaje a su cuarto, cuando llegamos Drew suelta un bufido al percatarse de que la puerta estaba forzada pero no hizo nada y abrió. Me dejo entrar mientras miraba la puerta de forma curiosa
— Lindo— Dije en tono de burla al ver como su cama seguía desatendida, no me dijo nada y en cambio se sentó sobre esta dando a entender que le valía. Gire sobre mis talones percatándome de un gran saco de boxeo, sin pensarlo dos veces golpeo el saco con toda la fuerza que tengo sacándome un aullido de dolor
—No hagas eso, te romperás los nudillo—Dice como si fuera lo más obvio del mundo y me entrega dos pequeños guantes de boxeo. No dice nada y una vez puestos se hace detrás mio poniendo sus manos en mis muñecas y guiando mis puños
— Me gusta
— ¿Que cosa?
— Entrenar—Hablo en voz baja esperando que él no haya escuchado
— A mi también mocoso, a mi también
VD
ESTÁS LEYENDO
Mi inocencia es tuya
RandomLas miradas lo dicen todo, y con tal solo el contacto de ambos se decían hasta lo que no estaba escrito. El oji-verde tenia miedo, mostraba una debilidad excitante y encantadora mientras que el de ojos grises mostraba fuerza, determinación y ausenci...