Capítulo 8

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Ayer



Había entrado en el vestuario a toda prisa chocando con algunos de los compañeros hasta llegar a mi dichosa taquilla, donde George observaba fijamente a Mer, que parecía estar en otro mundo.

-Pareces un acosador.

-No es verdad.

-Mira, George. Si sigues así, no conseguirás nada con ella. Eres un hombre. Acércate a ella e invítala a un café. En el caso de Mer mejor que sea tequila.

-Déjame en paz.

Cristina entró como un tornado justo cuando George tomó el valor para hablar con Mer.

-Está actuando como si yo fuera una criminal –decía mientras apartaba a George para abrir su taquilla. –Como si mi casa estuviera llena de cosas robadas. Actúa como si conservara mi piso para hacer trasplantes ilegales a cambio de dinero.

- ¿No actuará más bien como si le hubieras mentido?

Cristina se detuvo para mirar a Meredith enfadada.

- ¿Qué mosca te ha picado?

Meredith por fin levantó la vista para mirar a Cristina. –Mi madre es una zorra inmunda.

-Vaya, que borde –dije en voz alta cerrando mi taquilla.

Me acerqué de nuevo a George, que se había quedado apartado mirando el coqueteo entre Alex e Izzie.

-El infierno se está congelando –me susurró.

Le di un pequeño golpe en el brazo y lo arrastré conmigo lejos de esos locos.





⭕⭕⭕





Me acerqué a Meredith que estaba comprobando unos informes, le toqué el hombro para que me notara.

-Hola, ¿necesitas algo?

-Sí. Que me expliques qué te pasa.

- ¿De qué hablas?

-Te conozco. Esta mañana estabas en tu mundo, has sido borde con Cristina y has insultado a tu madre. No puedes engañarme. ¿Qué te pasa?

-Mi madre casi nunca me reconoce cuando voy a verla. Hoy creo que me ha confundido con una compañera cuando trabajaba aquí y... Estaba engañando a mi padre con alguien del hospital.

-Oh... Oh, ¿tú estás bien?

-Me ha dicho... que le hacía ronronear como una gatita. No, no estoy bien.

-Joder con tu madre. No quería saber eso. Podrías habértelo ahorrado.

-Lo siento.

Giré mi cabeza al notar que alguien nos miraba. Levanté una ceja mientras inclinaba a un lado la cabeza devorando al hombre que se acercaba a nosotras. –Puede que se me olvide –murmuré mordiéndome el labio.

Meredith me miró con los ojos entrecerrados extrañada por mi comportamiento.

-Cáncer de pulmón no microcítico con posible invasión de la pleura. Tiene un pie en la tumba, ¿no? –explicó el hombre al ver la información en la pantalla tras Meredith.

Anatomía de GreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora