⁓Capitulo 11⁓

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Un peso sobre mi cintura, me hace remover entre unos fuertes brazos, un aliento fresco y cálido me hace despertar, estoy contraída en su pecho, y el aroma a menta y Paco Rabanne me hace abrir los ojos.

—Buenos días, mi pequeña Maggie. —Él me da un casto beso en los labios y me estrecha fuerte entre sus brazos.

—Buenos días, gigante. —balbuceo contra su pecho.

Mi corazón da un salto de emoción al verlo acostado a mi lado, lo primero que me viene a la mente es abrazarlo fuerte con brazos y piernas. No sabía que me haría tan feliz tenerlo cerca.

Dave comienza a reír al ver mí actitud tan efusiva.

—¿Cómo amaneces, Maggie?

—¿Contigo aquí? muy bien. ¿Cuándo llegaste? ¿Qué hora es?

Dave arranca las sábanas blancas que me cubren y de un movimiento fuerte y un poco cavernícola me coloca sobre él.

—Así estoy mejor. —susurra dándome un beso en la frente— estoy muy bien, tenerte así me hace sentir genial... Y con respecto a tus otras preguntas. —trata de arreglar mi cabello entre sus dedos— llegue aquí a las 7:10am, Elizabeth me permitió subir a despertarte; pero verte dormir es algo que disfruto tanto, que decidí dejarte dormir un poco más y, la hora... —Dave vacila para responder— creo que hoy llegaras un poco tarde, son las 8:05am Maggie.

¡¿Qué?! ¡Joder, no puede ser, debo ir a la universidad! Me levanto bruscamente de su pecho y camino desorientada por la habitación, Dave ríe desde la cama al ver mi espectáculo matutino.

—Espérame acá, en diez minutos estoy lista.

—Tranquila cariño, te esperare el tiempo que sea necesario.

Me detengo en la puerta del baño, giro hacia Dave y, veo la forma tan deportiva en la que esta vestido hoy, camiseta azul, pantalones de chándal negros y zapatos deportivos. —Es tan jodidamente sexy, con cualquier cosa que se vista se ve hermoso—.

—Iba camino a entrenar cuando leí tus mensajes, aunque, por verte dormir ya se me ha hecho tarde para mi rutina. —responde a mis pensamientos. ¿habré pensado en voz alta?

—Me gusta cómo te ves vestido así, eres muy sexy Dave.

—Dúchate o terminaremos aquí. —él recorre la cama con su mano, dejando a la vista su hermosa sonrisa de seductor— y lo que quiero hacerte, no es nada apropiado concluirlo con tu madre en casa.

—Ok. —respondo en hilo de voz.

Dejo al irresistible Dave en la cama y, tomo una rápida ducha para terminar de despertar y sacar a Erick de mi piel.

Espero él no se haya molestado por haber huido de su cama en medio de la noche, debe entenderme, no podía llegar a la universidad vestida como estaba anoche.

Con paso presuroso me dirijo hasta el armario y me pongo unos vaqueros azules, camisa lila y zapatillas grises.

—Estoy lista cariño, vamos.

—Espera, Maggie ven aquí. —Él se queda de pies cerca de la cama.

—¿Sucede algo? —me planto frente a él, acariciando su corta barba.

—Tengo algo para ti.

Dave saca del bolsillo de su pantalón una pequeña cajita roja de terciopelo. —Calma Margareth, es rectangular lo que quiere decir que no es un anillo— tomo la cajita, la abro y admiro la hermosa gargantilla de oro con un diamante en forma de corazón.

Margareth el éxtasis de la traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora