⁓Capítulo 16⁓

1K 74 8
                                    

Dave y yo no tuvimos la oportunidad de vernos en toda la semana, cuando él terminaba su trabajo temprano yo estaba ocupada con la tesis o muriendo de dolores menstruales, realmente no quería desquitar mis molestias con él nuevamente, como el mes pasado; que termine nuestra relación por dos horas en un ataque sentimental. Pero ya es sábado, estoy completamente bien y podremos vernos. —¡Dios! como extraño a ese hombre.—

Erick, no le quedó más que tolerar mi impuntualidad varios días de la semana, aunque parecía enojado, algunos besos furtivos en su oficina lo calmaban y evitábamos retarnos frente a la clase, algo que pareció muy extraño para el resto de los alumnos, pues algunos murmullos fueron pesados, pero certeros.

Enciendo la portátil en el escritorio de mi habitación, y las notas de Demons de Imagine Dragons me relajan para leer nuevamente otros arreglos que le he hecho a mi tesis. Estoy tan inmersa en la lectura que no escucho la puerta hasta el segundo toque.

—¡Está abierto! —digo sin quitar los ojos de la computadora y escucho como alguien se acerca sigiloso.

—Hola —susurra con los labios apoyados en mi cabello.

—Hola fortachón, sabía que eras tú —miro hacia arriba en busca de sus hermosos zafiros, que me observan con una sensualidad irrevocable.

—¿Cómo sabias que era yo?

—Tú perfume, y reconozco la forma en la que tocas la puerta, siempre lo haces igual.

—Muy observadora señorita. —Dave, se inclina y besa mis labios— Michael me dejo entrar, no he visto a tus padres al llegar.

Me alejo de él y cierro la puerta. Mis padres no están en casa, y tardaran un largo tiempo en llegar. Me apoyo en la puerta y maravillo mí vista con Dave, que está inclinado en mi escritorio, dejándome admirar los redondos y tonificados glúteos que cubren sus vaqueros azules, de repente, Aerosmith toca crazy e invade toda la habitación.

Él camina dinámicamente hacia mí, sin quitarme la mirada de encima, me toma de los glúteos toscamente y rodeo sus caderas con mis piernas.

—Te extrañe tanto —me dice mientras me besa.

—Yo a ti, Dave.

—¿Tus padres tardaran en llegar?

—Si, tardaran mucho en llegar, tal vez no vengan a dormir.

—Perfecto, —sonríe juguetón— aunque me siento como un adolescente, entrando a hurtadillas para ver a su noviecita de preparatoria.

—Los juegos de roles también son excitantes, querido —muerdo su labios inferior.

—Mmm... me parece fascinante que pienses de esa manera ¿Recuerdas lo que me prometiste que haríamos aquí? —señala la cama sonriendo de una forma tan libidinosa que me hace respirar con dificultad.

—Jamás olvido mis promesas.

Sentir su fuerza después de una eterna y agonizante semana sin tenerlo cerca, es reconfortante. Hoy no es un Dave, romántico o delicado, es salvaje y arrebatador, a decir verdad; me encanta cuando se comporta de esta manera.

—Me vuelves loco, Margareth.

—Te deseo, Dave... te necesito.

Dave me arranca el vestido azul sobre los hombros y me deja bruscamente sobre la cama, jadeo y lo miro petrificada por su falta de delicadeza. Me siento ansiosa y gimo cuando él arrebata mis tangas negras como un desesperado. Está hambriento y eso me está volviendo loca de deseo. Él se deshace de su suéter gris, zapatos, vaqueros y bóxer rápidamente, muerdo mi labio inferior viendo su cuerpo completamente desnudo y brillante. No me canso de decir que él es sexy, despiadadamente sexy.

Margareth el éxtasis de la traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora