Margareth, el éxtasis de la traición

⁓Capítulo 15⁓

—¡No por favor! —gruño aun con los ojos cerrados.

¿Y yo para que dije que sí? Use somebody de kings of leon, me hace maldecir y remover en mi cama ¿Dónde diablos deje mi teléfono? Recorro las sabanas con mi mano y logro rescatarlo debajo de la almohada, veo la pantalla 5:33 am ¡guao! Erick logro despertarme al tercer intento.

—¿Hola? —balbuceo aun somnolienta.

—¡Hola, bella durmiente! es hora de despertar —su voz es tan animada que me hace odiarlo.

¿Cómo rayos puede estar de buen ánimo a esta hora? Veo por la ventana, y de mi habitación parece que son las 3:00am. Aun ni el sol ha cambiado de turno con la luna. —Maldición todavía es media noche—.

—Si, si debo arreglarme. —Bostezo— nos vemos en un momento.

—Margareth —me llama autoritario, con un ligero matiz de seductor.

—¿Si?

—Me encantaría verte con un vestido hoy —su voz se vuelve penetrante y tentadora.

—Ve... ves... ¿vestido? —me levanto bruscamente de la cama, sofocada por la energía sugerente de su voz— ¿para qué? —oh por Dios, mis mejillas se ruborizan en un segundo. Que no sea para lo que pienso.

—Solo hazlo, te explico en mi oficina, a las 7:00 am. Puntual señorita Morgan.

—Si entendido, nos vemos pronto, profesor Johnson.

Dejo a un lado las sabanas y me dispongo a tomar una ducha de agua helada para terminar de despertar.

Me arden los ojos, estoy cansada, los sueños con él se han vuelto más constantes que al principio, la opción de ver a un psicólogo no me resulta tan descabellada como hace cinco años.

Ato la toalla sobre mis senos y cepillo mis dientes. —Ok, necesito maquillaje o Erick pensara que estoy enferma— coloco algo de rubor, corrector de ojeras y labial color melón, es suficiente, para estar sonámbula no lo hice tan mal, al menos no parezco un payaso.

En el armario busco el vestido beige de pequeñas flores, los tacones color salmón y la cazadora chanel color beige. —Si voy a mentir, debo hacerlo bien— busco un bolso marrón y guardo en el la portátil, una libreta y un libro.

Bien, todo está en orden, menos mi sueño, siento que no he dormido en una infinitud. Salgo de mi habitación con destino a la cocina, debo comer algo o pareceré un ogro.

—Buenos días. —refunfuño y me dejo caer en la silla más cercana de la barra de desayuno.

—¡Maggie! ¿estas enferma? ¿Qué te sucede? —mi madre arregla su albornos y sirve dos cafés.

—Debo estar a las 7:00 am en la universidad, tengo problemas con mi tesis, y esa es la única hora en la que Erick. —rayos, aclaro la garganta— quiero decir, el profesor Johnson puede atenderme.

—¿Segura es solo por la tesis?

—Si. —Bostezo— es solo por eso.

—Bien, te preparare unos panqueques, no puedes irte sin comer nada.

—Gracias mamá.

Ella se mueve por toda la cocina, buscando ingredientes y hablando sobre lo oscura que esta la mañana y preguntándome mil cosas sobre Erick.

—¿Señorita Maggie? —resopla Pablo entrando a la cocina.

Hasta él se sorprende al verme despierta tan temprano. Si Pablo, tengo un motivo llamado Erick, que me hace madrugar, solo espero no se acostumbre hacerlo.