⁓Capítulo 18⁓

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—Hola chicos, buenos días.

—Buenos días, señorita Margareth —responde desde la puerta del salón.

—Buenos días, Maggie —Michael reprende a Jerry, con la mirada y él sonríe avergonzado, no entiendo porque no lo deja decirme, Maggie, prefiero que me llame así— quiero decir, señorita Margareth.

—Jerry, tu estuviste libre anoche, así que hoy trabajas y, Michael puedes tomarte el día. —Miro a Michael, que parece inconforme con mi orden— puedes irte y volver mañana, Pablo llamara a Damián, si necesito salir.

—No se preocupe, yo puedo trabajar al igual que Jerry, yo también salí anoche.

—No, vete tomate el día, yo no saldré hoy de la casa. Es una orden Michael. —replico intentando sonar imponente, pero fracaso al sonreír.

—¿Está segura que no saldrá de aquí hoy?

—Completamente, que tengas bonito sábado, Michael.

—Bien... —responde tensando la mandíbula y se retira.

—¿Es mi imaginación, o quiere salir, sin él?

—Exactamente, Jerry. Y, tú tampoco me acompañaras, ni una palabra a Michael, y mucho menos a Dave. ¿cuento contigo?

—No se preocupe, de mi boca no saldrá ni una palabra: pero entenderá que no puedes salir sola, señorita Maggie.

—Tranquilo, Damián viene por mí en unas horas, tú puedes irte hacer lo que quieras, y si Michael o Dave te llaman, diles que estoy en casa de Ruth, y que allí me dejaste con su personal de seguridad.

—Entendido; pero —Jerry entrecierra los ojos— ¿puedo preguntar dónde estará realmente?

—En casa de Ruth —sonrió encogiéndome de hombros.

—Tendré que confiar en que estarás allí.

—Gracias.

                                                                            *  *  *

Son las 3:15pm cuando Damián, me llama para informarme que está en el estacionamiento esperando por mí.

—Hola, traidor... —golpeo su brazo sin compasión al subir en el auto.

—Hey ¿Por qué me golpeas? —ríe a carcajadas.

—Eres un cínico, ¿te parece poco llevar a Erick, en ese estado a mi casa?

—Maggie, ya te he pedido disculpas mil veces, te prometo que no lo volveré hacer.

—¿Por qué lo hiciste? Pudiste llamarme y advertirme.

—Te llame y no respondiste Maggie... —me dice vacilante.

—¿Qué sucede?

—Erick me parece un buen hombre —Damián, se encoje de hombros, creo que ayer escuchó más cosas de las que debía— después de enterarse de esa manera que ya tienes novio, enfureció mucho, paso todo el camino hasta su casa maldiciéndose así mismo, se quedó dormido refunfuñando y blasfemando, decía cosas tan absurdas que no le preste atención.

—Lo sé, Erick es increíble, no quería que se enterara de esa forma. La verdad... —cubro mis ojos con las manos— ni de ese, ni de ninguna, no quería hacerlo sentir mal.

—Es decir. ¿Le has dicho que sí a Carter?

—Si, hace unos días acepte ser su novia.

—¿Por qué lo hiciste?

Margareth el éxtasis de la traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora