⁓Capítulo 22⁓

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Sirvo otra taza de café, y dejo la cafetera sobre la encimera de mármol. Estos pocos días he estudiado más que en toda mi vida académica, solo veo letras y números a mí alrededor.

Veo el reloj de la pared marca las 8:30am, mi madre no se encuentra en casa y mi padre no deja de entrar y salir de la cocina con cualquier excusa, y a mí aún no se me olvida lo que dijo Erick, o creo haber escuchado. Decido no tocar el tema y rezar para que lo olvide.

Tomo un sorbo de café y busco mis correos en el teléfono, Nelly me ha escrito.
Abro su último correo, lo ha enviado hoy, es extraño.

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De: Nelly Ruffalo.

Para: Margareth Morgan.

Fecha: 26 de Julio 2018 4:06am

Asunto: Nos veremos pronto.


Querida Maggie, he decidido adelantar mi viaje, llegare el miércoles por la noche. Me encantaría verte el jueves por la tarde, lamento no llegar a tiempo para ver tu exposición pero ya me contaras como te vaya. Un fuerte abrazo querida, nos vemos pronto.

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¡Qué maravilla! Doy pequeños saltitos de felicidad por la buena noticia, llegara antes, es decir podrá sacarme de dudas más pronto de lo que esperaba. Presiono responder rápidamente.

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De: Margareth Morgan.

Para: Nelly Ruffalo.

Fecha: 26 de Julio 2018 8:35am

Asunto: Nos veremos pronto.

¡Nelly! me alegra mucho saber que has decidido adelanta tu viaje. Estoy ansiosa por verte. No te preocupes sé que te gustaría ver mi exposición, pero me conformo con verte el jueves. Un gran abrazo.

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Presiono enviar y dejo mi teléfono a un lado.

—Maggie...

Veo como mi padre busca una taza para el café en el estante de madera y se sienta a frente a mí.

—¿Si papá?

—¿Estás bien? —me dice quitándose los anteojos.

—Sí, un poco nerviosa por mi exposición, pero todo está bien, y ¿Tu, todo en orden?

—Sí ¿hija podemos hablar?

—Por supuesto ¿Qué sucede?

Él arregla su reloj plateado y deja salir el aire sonoramente, por su expresión seria parece un tema delicado. Arreglo mi albornoz y lo miro mesurada.

—Te haré una pregunta, y quiero que seas sincera ¿Dónde pasaste la noche el sábado? —pregunta con mirada inquisidora.

—¿Por qué?

—No estabas con Dave, Margareth, y vi a Ruth en el restaurante donde lleve a cenar a Elizabeth. Tu amiga salió corriendo apenas nos vio. ¿Dónde estabas?

¡Maldición! Tenía que hacer que Ruth se quedara en casa ese día. Mi padre descubre todas mis mentiras con solo verme respirar. Tomo un trago de café y trato de crear alguna respuesta que parezca real, pero es imposible, igual me va a descubrir.

—Margareth —insiste.

—Yo —trago saliva— no estaba con ninguno de ellos —clavo los ojos en mis manos— pase la noche en casa de un amigo.

Margareth el éxtasis de la traiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora