'Sweetheart friends

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Nota:

'Escolar
'Apariencia de la era de Tamed-Dashed
'Alteración en las edades
'No smut
'Sin límite de extensión











Nuevamente los chicos populares molestaban a uno de los frikis de la escuela.

Park Sunghoon, era un adolescente de 17 años, bastante tranquilo y callado que pasaba la mayor parte del tiempo en la sala de computación, leyendo en la biblioteca o dibujando bocetos en la sala de arte.

Odiaba la cercanía asociativa porque la vida se había encargado de traerle malos recuerdos sobre falsas amistades, que sólo terminaron haciéndole daño. Aunque bueno, aún conservaba una bonita amistad duradera con uno de sus hyung's. Pero volviendo al tema de la repulsión...

Como diría él mismo. Odiaba a los humanos, o su manera más ofensiva "estúpidos mortales insolentes". Sí, Park hablaba como si él fuese un alienígena quizás, pero no se sentía igual que el resto, por el simple hecho de que él no traicionaba a nadie y no tenía prejuicios.

No era como el resto sin dudas. Era un error haber nacido entre tanta gente errónea. Pero bueno, ¿qué decir? Ya la frase "para que el mundo sea mundo tiene que existir de todo" había sido inventada, y su creador tenía muchísima razón.

— Oh, vaya, el nerd no hará nada —exclamó uno de los chicos quitándole su cuaderno.

Hoon intentó alcanzarlo pero no llegó al ser tan bajito en comparación a aquel chico tan alto, y encima estaba elevando en demasía su pertenencia.

Era una maldita rata.

— ¿Llorarás o llamarás a tu mami? —aquella pregunta le hizo hervir la sangre.

Él no era ningún tonto y odiaba que se pasaran de listos con él.

— Sólo, devuélveme mi cuaderno, por favor —pidió tratando de sonar amable, ya que la paciencia dentro de sí era algo que se estaba extinguiendo.

— Ay, pobre, la nenita tiene miedo —se burló uno de los buitres que andaban con el imbécil que se pasaba la vida molestándolo.

Aunque eso sería solamente hasta hoy. Hoon ya se había cansado.

— ¿No vas a pelear por él? —le agitó frente a la cara el cuaderno y el menor no tardó en empujarlo con muchísima fuerza haciéndolo tambalearse, y casi caer, de no ser porque sus secuaces lo agarraron antes de que su cuerpo tocase el suelo de manera exagerada.

— Mira, que yo sea tranquilo y me guste evitar los problemas no significa que no pueda acariciar tu cara con una silla —explicó con una sonrisita y luego puso una cara que la verdad a los contrarios les causó escalofríos.

Sólo con mirar su semblante ya sabían que sí era capaz.

— Mierda, toma tu estúpido cuaderno —sin más le lanzó dicho objeto al otro lado del pasillo y luego se fue dedicándole una mirada repulsiva.

El pelinegro suspiró agotado y comenzó a caminar en la dirección opuesta a su clase, para poder ir a por su cuaderno. Ese que tanto necesitaba ya que en el tenía sus preciados dibujos de bocetos.

Finalmente se sorprendió de ver a su hyung favorito recogerlo del suelo y luego sonreír al ver que se trataba de aquel cuaderno tan conocido.

Conectaron miradas y un sonrojado Park Sunghoon la apartó mirando a sus zapatillas Vans.

Lee se le acercó y le dió una ojeada a lo que tenía en manos.

— Vaya, Hoonie, todo lo que tienes aquí es muy bueno —elogió con una sonrisa y luego de sacudir un poco sus cabellos azules se lo entregó al menor.— ¿Piensas optar por la carrera de diseño? —

Park asintió.

— Lo imaginé... Y déjame decirte que ya te ví en un futuro siendo el mejor de los diseñadores. Tienes talento —sin más acarició la mejilla ajena.

— Gracias, hyung. En verdad tus palabras me animan a seguir pensando que esa carrera es la mejor para mí —agradeció dulcemente y Lee casi sintió su corazón explotar.

Sunghoon era demasiado tierno y bonito.

— Uhm, sólo, ¿por qué estaba tirado tu cuaderno en el suelo y tan lejos tuyo? —cuestionó con un leve tono de preocupación.

— Ellos... Ya sabes, me volvieron a molestar y esta vez fue con eso —explicó y suspiró agotado.

La verdad convivir con aquello todos los días de su vida se estaba haciendo tedioso aparte de molesto e irritante.

Ahora ya estaba a nadita de rajarle una mesa en la cabeza a ese trío de idiotas.

— ¿Por qué nunca me lo dices? Me enoja tanto saber que esos tipos te molestan y aún están merodeando por los pasillos de esta escuela... No los sacan ni aunque tengan miles de sanciones estudiantiles, sólo porque son hijos de personas importantes. Me chupa un huevo quienes sean, para mí ellos no son más que una mierda con patas —insultó.— Mira ya me cansé, les daré su merecido —

Sin más se sacó su saco y se lo entregó al pelibegro, junto con su celular y su reloj.

— ¿Hyung qué planeas hacer? —preguntó viendo como el mayor se remangaba su camisa de uniforme.

— Si no entienden con palabras, pues esta vez entenderán a golpes —explicó traqueando sus dedos.— No me da la gana de que siempre te tomen a ti como su objeto de burlas. Alguien debe darles una lección —

Y justo así. Park no pudo decir más porque Heeseung había salido corriendo.

Joder.











Park entró a la sala de detención y se llevó una sorpresa. Su hyung estaba intacto, perfecto como siempre, ni siquiera tenía un cabello rebelde. En cambio los otros tres parecían recién sacados de una película de terror.

Tenían sus bocas partidas, ojos morados, los cabellos hechos un desastre y parecían temblar de frío, cuando en realidad era de miedo al tener justo en frente a Heeseung, quien estaba sentado como si de un hotel se tratase con una sonrisa ladina en su rostro.

Sunghoon pidió permiso y los tres idiotas se aterraron. Park sólo pasó de ellos y agarró a su hyung de la mano.

Como él había justificado el comportamiento de este, y luego por las grabaciones de las cámaras notaron que los idiotas si lo estaban molestando, pues decidieron dejar ir a Lee de aquella sala que sólo visitaban los alumnos problemáticos.

Una vez fuera el menor le entregó sus cosas y Hee le sonrió para luego acercarlo y darle un sonoro beso en la mejilla.

— Gracias por defenderme, hyung —agradeció y antes de que Lee pudiese decir algo Park le plantó un beso en los labios.

Luego se separó con una sonrisita y apresuró su paso.

El mayor no podía creerlo.

— ¡Hey, espérame! —le gritó una vez asimiló todo y corrió donde el menor para tomarlo de la mano e irse caminando juntos de esa forma, mientras se sonreían con cariño.











One Shots HeeHoon [Heeseung x Sunghoon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora