One Shots HeeHoon [Heeseung x Sunghoon]

'Cute

Nota:

'Romance
'Apariencia de la era de I-land
'No smut
'Quijada es lo mismo que mentón
'Sin límites de extensión

Aquel par de niños no paró de corretear en ese parque infantil hasta que uno de ellos, el más bajito, cayó al suelo de cara.

Pronto el sonido del llanto se hizo audible para las madres de ambos y el más alto, que retrocedía apresurado a ver que le había sucedido a su mejor amiguito.

El pequeño Sunghoon no dejaba de llorar aún estando en los brazos de su progenitora.

¿La razón?

Al caerse se había golpeado tan fuerte en el mentón que éste se había partido. Y se le entendían las lágrimas, una "quijada partida" podría llegar a ser increíblemente dolorosa.

...Tiempo después de que regresaran del hospital y ya hubiesen pasado unos días de su recuperación Heeseung y su madre fueron a visitar al pequeño Park.

- ¡Hoon! -chilló un emocionado pelinegro abrazando al adorable Sunghoon quien llevaba aún en su mentón una pequeña bandita rectangular.- ¿Cómo te sientes? -

- Estoy bien Heessie... Sólo es molesto cuando río mucho... A veces duele -contestó y luego abrazó al mayor.- Gracias por venir a verme -

- No tienes que agradecerme, Hoonie. Yo te extrañaba y quería verte -

- Oh, bueno... Ya que estás aquí aprovecharé para... ¡Mostrarte mi nuevo videojuego! -gritó feliz dando saltitos en su cama, alertando al de tez morena... No quería que ocurriese un accidente nuevamente con su adorado dongsaeng.

Actualmente estos chicos seguían siendo los mejores amigos, y nada había cambiado en ellos. Heeseung seguía siendo el más responsable, y pues, Sunghoon era su bebé torpe, al que cuidaba mucho para que no se lastimase.

El de cabello naranja rió y luego se giró sobre el colchón. Llevaba casi una hora hablando con Lee y este no había parado de hacerlo reír. Resulta que a Sunghoon se le había ocurrido la "fantástica idea" de decir que él no era "ningún torpe". Y pues, Heeseung como buen amigo de la infancia se encargó de sacarle en cara todas las travesuras que hizo y al final acabó lastimado.

- Además, Hoon, no sé de qué estás hablando. El mes pasado andabas con una rodilla lesionada. No podías caminar. Yo era quien te llevaba a clases en mis brazos, ¿acaso se te olvidó? -el menor rió a pesar de que sintió un montón de mariposas, podría decir dinosaurios, en su estómago, al recordar aquellos bonitos momentos.

Quejarse no podía. El moreno siempre le estaba cuidando y cada vez que se lastimaba estaba pendiente de él veinticuatro siete.

Y siempre había pensado en lo jodidamente atractivo que era el más alto pero jamás creyó admitir que este no era más que su primer amor, desde niños.

- Oye, ¿que tal si vienes y así dejas de fastidiarme por teléfono? -propuso el más bajo, escuchando la risilla que soltó el de más de metro ochenta.

- Vale, estoy allí en diez minutos -

- Cinco -corrigió el menor.

- Cinco entonces -aceptó el pelinegro.

- Que sean tres, nos vemos -sin más colgó.

Una vez Heeseung llegó a la habitación de Park se llevó la sorpresa de ser abrazado por este apenas cruzó la puerta.

- Wow... ¿Tanto me extrañaste? -cuestionó con una sonrisita picarona.

- Sí... Además tengo que contarte un secreto -dijo agarrando de la nuca al más alto, para susurrar cerca de su oído.- Me gustas mucho -

Lee le abrazó más a su cuerpo y luego susurró de vuelta.

- Yo ya sabía eso... Mi secreto es que tú también a mí -una sonrisa se formó en el rostro del de labios abultados.- ¿Qué crees que deberíamos hacer entonces? -

- ¿Besarnos? -Heeseung rió y luego le besó de piquito.

- Eso... ¿Y también que más? -insistió.

- ¡Ser novios! -chilló contento y luego Heeseung rió de la ternura mientras le apretaba las mejillas.

Park Sunghoon era su bebé adorable.