Capítulo 10

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Azahara miró a su sobrina. La verdad es que estaba preciosa vestida de blanco, en un principio el vestido de novia no le había convencido, pero como siempre en temas de moda Bianca tenía razón. Era de un diseño clásico con una pequeña capa, de estilo griego, según Bianca a su hijo le encantaría. Azahara suspiró mirándola nuevamente.

Los estilistas estaban acabando de peinarla y maquillarla siguiendo las estrictas directrices de Bianca.

—¿No crees? —Azahara volvió la cara hacia Viola que la miraba esperando una respuesta. —¿En qué estás pensando Aza? No me estás haciendo ni caso.

—Lo siento, estoy distraída. Se ha precipitado todo tanto. Dime, ¿qué me decías? —dijo fijando toda su atención en ella.

—Decía que Dante seguro que se porta muy bien con ella esta noche.

Aza miró a su sobrina que les devolvía la mirada desde el espejo. Estaba nerviosa, eso le recordó que...

—Estoy segura, pero ahora que ya han acabado casi dejadme sola con Sonia.

De inmediato todo el mundo salió de la habitación.

—Wow. ¿Alguna vez tendré el poder de hacer eso? —Le preguntó Sonia a su tía.

Todavía le impresionaba cómo actuaba todo el mundo allí con Azahara. Ella no pedía las cosas, las exigía y a nadie le extrañaba, de hecho parecía que todos se desvivían por cumplir con sus deseos.

—Llegará tu momento, en España, cuando te reconozcas como la heredera.

—¿Heredera? Papá me ha casado porque no confía en mí como heredera, lo que él no sabe claro es que parece ser que este hombre no tiene ningún interés en el negocio.

—Uno, comenzarás a ser una heredera cuando realmente te creas que eres una heredera. ¿Crees que a mi me hacían este caso cuando llegué aquí? Y dos, ese es tu punto fuerte. Que tu padre crea que puede ser un heredero te permitirá que cuando llegué tu momento seas tú quien lo maneje todo sin que él tenga que pensar en otro hombre que le suceda.

Sonia se quedó pensándolo durante unos segundos, y después asintió dándole la razón.

—Bueno, pero no los he mandado salir por eso. Ayer ya no tuvimos tiempo de hablar con todos los preparativos y por la noche estabas agotada, después de tu nochecita de desfogue. —Sonia rodó los ojos ante el recordatorio de la noche de fiesta —¿Dónde te fuiste ayer cuando fuimos a buscar nuestros vestidos?

—Eh... Estuve tomando un café. —Sonia se sonrojó.

—¡Te has sonrojado! Sonia Cid, por Dios dime que no estuviste con un hombre... No cometas una estupidez, no vale la pena creéme.

—Solo estuve un rato con él, era una persona a la que admiro, pero sé cuales son mis obligaciones. Solo que tendrías que haberlo visto, era tan guapo, tan atento... hasta me compró un libro, pero con las prisas se me olvidó.

—Bueno, tu futuro marido también es muy guapo, y muy atento. Puede que al principio te parezca un poco presuntuoso, borde y petardo, pero verás. Yo creo que vais a congeniar muy bien y Viola tiene razón respecto a esta noche. —Guardaron un momento de silencio incómodo. —Bueno quizás, como tu madre ha estado enferma tanto tiempo... a lo mejor no habéis podido hablar de estas cosas, pero si necesitas algo, si tienes alguna duda... yo... yo te puedo ayudar.

Sonia le sonrió.

—Gracias tía, no te preocupes. Cuando piensan que no les hago caso el servicio habla más de la cuenta. Dejémoslo ahí. De todas formas, no sé si estoy preparada para acostarme con él, si yo no quiero... él... ¿él me va a obligar?

Saga Familia Gotti 7: Infierno (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora