Capítulo 25

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Dos semanas... eso había dicho Camilo cuando se fueron pensó amargamente Aaron. Llevaban más de un mes en España, con escasa comunicación. Los nervios de la familia estaban crispados. Los periódicos de medio mundo tenían en sus portadas diariamente noticias bastante similares.

"Dionisio Ricolletto, uno de los grandes capos de la mafia italiana, brutalmente asesinado junto al menor de sus hijos en plena calle".

"Un tiroteo en Sarria se cobra cinco muertos".

"La camorra italiana deja estragos en las calles de Cambados".

Galicia estaba teñida de rojo en esos días y prácticamente no tenían noticias de sus familiares. Por ahora parecía que todo estaba bien, pero muchos de sus aliados habían caído. Dionisio había sido de los pocos en apoyar inicialmente a su padre en la reforma de la familia que le otorgó poderes a Tony, Camilo y Diane.

—Aaron, está aquí la esposa de Carlo Messina. —dijo Mónica.

Tal y como le había advertido su padre, Aaron se había convertido en el Don de la familia en ausencia de Zeus y cómo no estaba casado y su madre no estaba allí Mónica se había convertido automáticamente en su consejera femenina, una especie de esposa de mentira.

—Hazla pasar, gracias.

Carlo Messina había sido hasta hacía tres días el consigliere de su padre. En principio no tendría porqué haber viajado hasta España, ese no era su cometido, sin embargo la lealtad hacía Zeus Gotti lo había hecho seguirle hasta allí con tan mala suerte que había acabado con la garganta rajada en su cama de hotel.

—Señor Gotti. —le dijo la afligida mujer al entrar en el despacho, totalmente vestida de negro. Llevaba semanas recibiendo personas, pero todavía le recorría un escalofrío cuando se dirigían así hacía él.

—Dionora. Siéntate por favor. —Ambos se dirigieron a un sofá que había en el despacho de su padre. Aaron le sirvió una copa de coñac, pero ella lo rechazó. —La familia está totalmente consternada por la muerte de Carlo. Quiero que sepas que tienes todo el apoyo de los Gotti. Toma esto.

Aaron le tendió un cheque que llevaba en el bolsillo de la chaqueta. Cincuenta mil euros a nombre de Dionora Messina. Ella lo leyó.

—Gracias señor Gotti, aunque esto no le devolverá a su padre a mis hijos.

—Lo sé. De veras siento mucho por lo que estás pasando, Carlo era un hombre muy apreciado por todos. Con respecto a tus hijos, los dos chicos ya son mayores, tienen unos buenos trabajos y están bien casados. Azahara por su parte, tengo entendido que quería ir a estudiar a Estados Unidos, nosotros lo pagaremos.

Azahara Messina, así se llamaba la hija de Carlo en honor a su madre que había sido su madrina.

Estuvo charlando con ella durante un tiempo prudencial y finalmente la viuda se marchó.

—¿Qué tal ha ido? —le preguntó Mónica una vez se hubo ido.

—Bueno, mejor de lo que esperaba, pero no me miraba a la cara Moni.

—En dos semanas hacían treinta años de casados. —Aarón asintió. Eso le había contado la mujer. —¿Sabemos algo de España?

—Nada desde hace tres días, cuando nos dijeron lo de Carlo. Esto se me está haciendo eterno, la espera es agónica.

—Lo sé...



Caterina observaba la cháchara de su madre y su tía Viola en el salón. Le estaban dando consejos estúpidos a Jara sobre la maternidad. Tenía a Brian en sus brazos totalmente dormido, como casi siempre. A Igor también le encantaba dormir.

Saga Familia Gotti 7: Infierno (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora