Capítulo 23

1.9K 212 38
                                    

—Entonces nada. ¿Otra vez? —dijo Tony mirando a su hermano mientras echaba una calada de su cigarro.

Ambos estaban sentados tomando una copa de coñac en el jardín de la casa de los Cid.

—Nada. Estábamos a punto, pero justo la niña llamó a la puerta.

—La pregunta es. ¿Cómo coño estuvistéis a punto de follar?

—Bueno... por la noche me desvelé y bajé al jardín a fumar y ella estaba allí. Borracha... Joder, me pone enfermo que esté así. —Dijo Zeus.

—Al grano...

—El caso es que estaba aquí sola y en cuanto me vio empezó a insultarme, pero siempre acaba llorando y yo no puedo Tony, no puedo verla llorar y menos sabiendo que es por mi culpa. Y se quedó dormida o se desmayó, la verdad que no lo sé. La subí hasta la habitación y aproveché.

—¡¿Cómo que te aprovechaste?! Si ella está inconsciente es violación, ¿te das cuenta?—Le dijo Tony exaltado. Lo que faltaba ahora...

—No, no me aproveché tanto. ¿Pero quién te crees que soy? Yo a mi mujer la respeto. —Ante la ceja alzada de Tony su hermano le dio un golpe en la cabeza. —Te digo que la respeto y punto. A ver que lo que hice fue aprovechar que ella no me iba a echar para dormir con ella. Hacía tanto que no la tenía así, mira se me ponen los pelos de punta.

—Joder que ñoño.

—Cállate. Esta mañana pues para despertarla que si besito por aquí, caricia por allí. Y ella ha respondido Tony, ella ha respondido.

—Igual estaba pensando que eras otro... —le dijo para picarle y como respuesta Zeus se levantó y asió a su hermano por el cuello de la camisa.

—¿Está insinuando que mi mujer se acuesta con otro?

—Hombre... ha pasado un tiempito y ella tan sola y tan dolida... es carne de cañón.

—Tony... Tony no me toques los cojones.

—¿Qué pasa aquí? —Preguntó Bianca saliendo al jardín también. Ambos negaron con la cabeza a lo que ella rodó los ojos. —De verdad que como críos eh.

De pronto se comenzaron a escuchar unos gritos que venían de dentro de la casa. Los tres fueron enseguida y se encontraron a Sonia y a su padre discutiendo a pleno pulmón. Unos segundos después apareció Dante que se posicionó junto a su mujer sin entender bien a qué venía la discusión, pero quería mostrar su apoyo.

La última en llegar fue Aza que evitó la mirada penetrante de Zeus. Se acercó a Amanda que estaba llorando en una de las sillas.

—Me niego en rotundo. Moveré a toda la familia si es necesario, pero no te vas a casar con esa.

—Esa va a ser mi mujer quieras o no y ni tu ni nadie de esta familia va a hacer nada al respecto por aquí quien manda soy yo.

—No lo entiendo, no entiendo como puedes querer casarte con ella.

—Porque quiero tener un hijo, un heredero ya que me he confundido de cabo a rabo con tu marido.

Sonia sintió que se le paraba el corazón. Lo que su padre le acababa de decir había sido su mayor inseguridad durante toda su vida, no ser suficiente, no ser el heredero que él esperaba. Cuando la mandó a casar lo había sabido, pero nunca se lo había escuchado decir en voz alta.

Ella no se podía quedar allí, no más tiempo. Con todo el dolor de su alma se tenía que ir. No podía hacer nada, por mucho que quisiera crear un consejo de familia no iba a conseguir nada porque su padre alegaría lo del puto hererdero y en ese mundo machista todos estarían de acuerdo con él.

Saga Familia Gotti 7: Infierno (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora