Tú y yo

>Capitulo 7<

'deja esos nervios'

Se pasaron los minutos y un par de horas hasta que llegó la hora de comer, una de las hermanas de la pequeña mich la fue a buscar a ella y al señor Rusia, al parecer, ambos hablaban sobre plantas e insectos, siendo las plantas la especialidad del ruso y los insectos la del pequeño estado.

Rusia llegó junto a la pequeña a la cocina que también era comedor del segundo piso, ya estaba la mayoría, habían varias ayudando a servir y otras sólo hablaban entre ellas, lo que se percató Rusia era el orden que había a pesar de ser muchas en esa casa.

Se sentó al lado de la pequeña mich por petición de la misma, estaba justo al lado del asiento de México, Rusia noto el problema y el porqué mich no quería hablar, no tenía con quien, sus dos hermanas más pequeñas, después de ella, se la pasaban juntas hablando de juegos bruscos y el plan de hacer "una casita en un árbol".

Siendo Oaxaca y Querétaro muy inquietas para estar con alguien tan tranquila como lo es michoacan, Rusia regreso a ver a mich percantandose que miraba a sus hermanas con ganas de poder estar con ellas -si quieres ve, anda- sin embargo la nena regreso a verlo de inmediato para indicar que no con la cabeza -¿te da miedo tartamudear enfrente de ellas? ¿Se han reído de eso?-

La nena dudo unos segundos para evitar responder esa pregunta, Rusia comprendió lo que significaba su silencio -esta bien, lo entiendo, yo también antes tartamudeaba igual o más y después de muchos tratamientos y ejercicios ahora eso solo me pasa cuando estoy muy pero muy nervioso-

Sin previo aviso del lado derecho del ruso se escucho la voz del mexicano -¿de que hablan? si se puede saber- esa simple oración bastó para poner los nervios de punta del tímido ruso -d-d-de nada, solo ha-hablábamos de mariposas, si mariposas-

Michoacan noto esos nervios al igual que su padre quien solo miraba como Rusia se hacía "bolas" el solo -ya ya Rusia, solo tenía curiosidad, al parecer te llevas bien con la más pequeña-

-es u-una excelente niña-

-pues obvio, es mi hija, y me quedo un tanto más tranquilo, esta chamaca se escapaba a cada rato sin nadie más preocupado a todos, todos los días-

-e-es muy cu-curiosa ¿no?- dijo Rusia mientras miraba el platillo que le había traído el mexicano, eran los conocidos "sopes" -dejate de curiosa, yo le traigo libros, al inicio solo era de dibujo, pero luego me pidió con imágenes reales, de mariposas, orugas, insectos en general, ¿a ti también te interesa eso?-

-e-eh no e-em digo si osea si, sobre las plantas si se mucho y y por consecuencia un po-poco de los insectos-

-¿enserio te gustan las plantas? A mi también- Rusia lo miró sorprendido notando en lso oscuros ojos del país mexicano una luz de alegría -¿también?, no lo sabía-

-si si, de hecho el invernadero es mio, con decirte que tengo este lugar desde que soy colonia, pero apenas construí esta casa hace unos años, y con ellos el invernadero que pues bueno me está ganando la pequeña, ay lo siento, ¿estoy hablando mucho?- 

-no para nada, t-tu sigue- mencionó Rusia un tanto confundido del porque si quiera pensó eso.

Pasaron así esa comida hablando sobre tipos de plantas y el como compartían conocimientos en cuanto a plantas, claro que Rusia se atravaba de vez en cuando, algo que simplemente se le hacia "curioso" y hasta cierto punto adorable al mexicano.

[...]

El día paso, llegando la bella noche, ¿y Rusia?, bueno, por petición de México se la paso en la biblioteca con el mexicano y su hija la más pequeña, michoacan, leyendo sobre muchas mariposas y los tipos de plantas nuevas que podrían poner en el invernadero, a ellos se le unió la joven veracruz, jalisco y nuevo león.