>>Capitulo 64<<

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'tu tanta falta de querer'

-милый...- los ojos oscuros del mexicano se veían iluminados no solo por las luciérnagas de esa noche nublada, si no también por la ilusión que le hacía ver y escuchar a rus. Pero por alguna razón no dejaba de pensar que solo estaba alucinando.

Con las pocas fuerzas que sentía caminó hacia a lo que el pensaba que era una alucinación, lo suficientemente cerca para ver esos hermosos ojos grises y esa sonrisa que extrañaba visualizar. En su trance tomo de las mejillas al ruso, el cuál ya no pudo ocultar un par de lágrimas que salieron sin permiso alguno -Я так соскучился по тебе, мой светлячок... [te extrañe tanto mi luciérnaga...]-

En cuanto comprobó que lo tenía ahí enfrente no dudo ni dos segundos en que una de sus manos que antes acariciaba la mejilla, le dejara caer una cachetada que parecía que sonó en toda la hacienda -¿¡Que chingados haces aquí?! ¿¡Y como está eso que me extrañaste cabrón?!-

-espera Mex- suplico Rusia mientras acariciaba la mejilla donde le dejaron caer la cachetada y Mex se mantenía lejos -¡nada de espera!- sus ojos empezaron a cristalizarse mientras que su voz se quebrantaba de vez en cuando -¿¡Porque viniste?!, Cuando apenas estaba superando todo esto... Vienes de la nada y... ¿Y qué paso con China?-

-dejame explicarte-

-¿¡Qué me vas a explicar?!, ¡¿Qué solo fui un pasatiempo más!?, ¿¡qué realmente lo que te hartaba era yo y no las costumbres mías?!- Rusia quería hablar tranquilamente pero Mex estaba desahogando todo lo que tuvo que soportar en tres meses y entendía su punto de vista -Mex por favor, escucha-

-¡es que solo confíe en ti!, suficiente tuve con lo de Canadá para que tú aparezcas de la nada y quieras hablar- ese detalle de Canadá le tomo por sorpresa al euro-asiatico pero sabía que no era momento de meter más problemas -¿cariño puedes solo calmarte?-

-¡No!, no quiero "solo calmarme", ¡es que tú no entiendes el odio que te tengo ahorita mismo hijo de- antes de que pudiera terminar la frase, Rusia exclamó -¡¡Perdón!!.... Lo siento tanto mi luciérnaga...-

México pudo tranquilizarse un poco, trató de regular su respiración para evitar llorar enfrente de él, ya más relajado habló -solo te pido un favor... No le digas "mi luciérnaga" a china... No le cantes las misma canciones que me cantaste... Se que suena egoísta pero quisiera que... Ese Rusia que solo yo conocía se quedará conmigo...-

El ruso ya no podía soportar el ver a su amor de esa manera, estaban separados por unos cuantos pasos que Rusia acortó y se abalanzó con Mex para darle un abrazo. El mexicano se sentía como en su hogar, cálido, sin embargo el rencor que empezó desde hace tres meses estaba saliendo a brote, le ganó ese feo sentimiento que tenía en su rencoroso corazón.

-¡No! ¡No! ¡Déjame!- trato de salir de ese abrazo golpeando levemente el torso, pero no lo golpeaba con todas sus fuerzas, sabía que podía lastimarlo mucho y por más rencor que le tenía, esa idea de el dañando a rus era amarga.

A Rusia le dolía no los golpes, si no el como México se desahogaba con todas esas palabras, lo abrazo con más fuerza para acercarse a su oído y dejarle un pequeño susurro -yo... Yo te amo-

Esas palabras paralizaron al país de habla latina quien después de un par de segundos reaccionó -no... ¡No es cierto!- con ambas manos empujó en el pecho del ruso para desprenderse, con lo que no contó era que lo hizo con tal fuerza que ambos llegaron a caer en el pasto.

El golpe fue algo fuerte pero Rusia fue rápido para sentarse y quedar frente a frente con México -¿por qué dices que no es cierto luciérnaga? ¿Me podrías dejar explicarte?- el norteamericano quería irse de ahí pero esos suplicantes ojos grises lo convencieron de sentarse solo por un escaso rato -no quiero verte... Si tanto me amabas ¿por qué te fuiste?, ¿Sabes?, Yo te hubiera esperado y sinceramente yo me hubiera conformado con esa tanta falta de querer que me dabas... Con un mensaje al día yo era feliz... ¿No podías simplemente darme eso?... Yo podía soportar eso-

Tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora