>Capitulo 75<

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'otra vez'

Canadá caminaba en medio de miradas, susurros, insultos al aire y una que otra risa en forma de burla, estaba pasando por lo que alguna vez México tuvo que pasar por esos rumores y fotos.

Por su parte México no le afectaba ninguna mirada o comentario, ya se había acostumbrado a ignorarlos, pero si hubo unos ojos grises que se le hacían imposible pasar de largo, miro a su lugar, ahí estaba su amado Rusia, se veía preocupado y nervioso. Lo que menos quería el representante mexicano era verlo así, le sonrió mostrando sus dientes y a la vez haciendo sus ojos algo pequeños, aunque fuera un insignificante gesto, con ese gesto quería hacerle saber a Rus que todos estaría bien.

Al salir de la sala principal un par de guardias los dejaron en otra habitación y cuando uno de ellos trató de entrar con México y Canadá —lo más seguro que era una orden de USA el proteger a México— el mexicano lo paró en seco diciendo que lo esperen a fuera.

Al cerrar la puerta vio a Canadá recargado en el escritorio que había -¿Lo sabes todo?- el latino rio de forma amarga -¿Qué no viste mi exposición de powerpoint?-

-...¿Desde cuándo lo sabes?-

-lo presentía cuando Rus empezó a sentirse incómodo contigo, luego USA me lo confirmó hace unas semanas, justo ese día que me pediste esa cita, no sabes lo mucho que me decepcionaste- Canadá agachaba la cabeza sin ver a algo en específico -¿Tu? ¿Decepcionado de mi?, No me hagas reír... Acabas de decir públicamente que te importo un carajo-

-Ese día te pregunté si no tenías algo que decirme, te di una última puta oportunidad de que me dijeras la verdad pero no, no lo hiciste, fuiste un cobarde otra vez... Otra vez perdí tiempo en ti, otra vez hiciste que ya no confiara en ti, me decepcionaste otra vez ja... otra vez-

-Mex, por favor entiende que para mí fue horrible ver al amor de mi vida, el ser que más amo, estar con alguien que no lo merece a las semanas que habíamos terminado- seguía con la mirada agachada, no quería mostrarse, continuo -eres un hipócrita si me reclamas por esto, es lo único que pude hacer para recuperarte y... El que te estuvieras besando a Rus a la semana fue lo que más me dolió y me va doler en la vida... te perdí... otra vez-

El de habla latina no se iba dejar tan fácilmente -tu lo dejaste en claro ese día que me humillaste enfrente de tu estúpida madre y el pendejo de tu padre, literalmente me humillaste cuando yo en ese momento te amaba como a nadie en el mundo, me tenías como tú pendejo haciendo todo lo que quisieras, siendo tu fiel amor y ¿qué hiciste?, ¡¿Que hiciste cabrón?!-

El norteamericano de habla francesa alzó la mirada con sus ojos verdes llenos de lágrimas, camino con rapidez a dónde estaba México para tomarlo de los hombros -¡perdón!, Perdón...- el mexicano sintió ese contacto como si las manos de Canadá estuvieran tan calientes como el mismo fuego, haciendo que las quite con agresividad -¡no me toques!, ¡Entiende de una vez que entre tu y yo ya no habrá nada!, Tu lo dijiste esa vez, entre nosotros no hay ni habrá nada-

Entró en cólera -¡todo se fue a la mierda cuando conociste a ese idiota de Rusia!, ¡Todo sería mucho mejor si no lo hubieras conocido!, ¡El es una maldición y una perdición para los dos! Para nosotros- el latino no soporto que usarán el nombre de Rusia así -¿¡Tienes cerebro cabrón?! ¿¡O de plano tu madre mato las neuronas que te quedaban?!, Entiende pendejo de mierda entre tu y yo ya no habrá un "nosotros", ¿tan difícil es que se te meta a tu puta cabeza? ¿Te lo explico con manzanas y peras? ¿O te lo deletreo?-

Canadá aguardó silencio absoluto mientras que sus ojos le rogaban el poder llorar, algo que se notaba que no lo permitiría, al ver ese silencio México prosiguió -y en cuanto a lo de mi Rus, no lo metas a tus estúpidas conclusiones, yo lo conocí alrededor de unos cuatro meses, no le coqueteaba... Solo hablábamos, luego llegó las indirectas... Nació de la nada esos sentimientos y me di cuenta de unas cosas esa noche que te deje para siempre... Lo primero es que, ese tiempo que no te vi fue el mejor de mi vida... Todo lo que quedó entre nosotros solo fue la costumbre, una costumbre de regresar porque nos sentíamos vacíos-

Tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora