>>Capitulo 56<<

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'una cita'

Los sueños pueden ser confusos, o incluso pueden llegar a ser una extensión de los recuerdos y como el individuo los ve, en un fraccionamiento tranquilo de las tierras canadienses, la casa individual de Canadá se oía tranquila y era por una obvia razón, el dueño y único que estaba en esa casa se encontraba dormido.

Con lo que no contó era que los recuerdos no lo dejaría en paz ni siquiera dormido.

{...}

El piano nunca ha sido su fuerte, de hecho es el único instrumento que ese pequeño niño nunca ha podido dominar. Practicaba de nueva cuenta esa pieza que por más que intentaba no podía obtener. Sus pequeños rizos largos y castaños se empezaban a empapar de sudor, sudor que lo provocaba su nerviosismo.

¿Por qué estaba nervioso? Bueno -Tu appelles ça de la musique chérie ?! [¡¿a eso le llamas música cariño?!]- digamos que tener una madre perfeccionista no es lo mejor durante tu época de colonia. Ella vestía un vestido pomposo muy extravagante y con un maquillaje muy exagerado que le hacía ver bien ante la nobleza. Los ojos verdes del infante se llenaban poco a poco de gotas saladas que empezaron a bajar por esas mejillas llenas de pecas, las cuales hacían más adorable su apariencia.

Respiro para tranquilizar su llanto y para que su madre no lo escuchará, lo intentó otra vez, y otra vez falló, eso era imperdonable para el "niño de oro", su progenitora estaba a nada de explotar, así que lo intentó una última vez. Y para su mala suerte, otra vez falló, la francesa no tardó en tomar una pequeña campanita y tocarla con suavidad. Ese simple tintineo era la perdición para el pequeño que se puso de rodillas suplicando a su madre que lo haría otra vez, que está vez sería diferente.

Pero ante su súplicas la mayor solo rió con amargura -tu as besoin d'un petit coup de pouce mon garçon[necesitas un pequeño empujón mi niño]- entonces entro por la gran puerta un sirviente, con lo que era una barita larga de madera, Nueva Francia sabía que ya no había elección, se puso de pie y posicionó ambas manos palmas arriba, los golpes no se esperaron. Le dolía pero no podía llorar, ni siquiera mostrar emociones, ese era la representación perfecta, alguien serio.

Y el tenía que ser así. Al acabar los golpes le dieron permiso de irse a su habitación, fue cuando se soltó a llorar, ¿cómo no hacerlo si era apenas un niño?, Estaba hecho 'bolita' en una de las esquinas de su armario, escondido de todos, menos de alguien.

La puerta se abrió, pero no sé alarmó pues el único que vendría a su habitación después de eso era su gemelo. Y si, una pequeña figura idéntica a él-pero con el pelo más largo y unos ojos azules en lugar de verdes-se asomó por la entrada del armario -Now what did mom do to you? [¿ahora que te hizo mamá?]- preguntó algo enfadado -any [nada]- respondió quitándose las lágrimas que le quedaban y mostrando su expresión neutra -Tell me New France, what did her do to you? [dime Nueva Francia, ¿qué te hizo?]- se acercó a él sentándose a su lado -nothing... it was me who was wrong [nada... Fui yo quien se equivocó]-

-oh New France, try to obey mom, if you do everything mom says, she will love us, and... I will always support you brother [ay Nueva Francia, trata de obedecer a mamá, si tú haces todo lo que mamá diga, nos va a amar, y... Yo siempre te voy a apoyar hermano]- en las mejillas del menor otra vez caían lágrimas, pero su expresión seguía neutra -thank you thirteen colonies [gracias trece colonias]-

Tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora