>>Capitulo 48<<

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'pequeño Moscú'

Soy Ciu!, Mucho gusto- Moscú miro esa seguridad que portaba el mexicano, de cierta manera le agrado -un gusto, soy Moscú- aún así sentía una mala sensación de Ciu, como si solo se estuviera acercado por medio de Pekín.

Ciu por su parte ya no sabía que más hacer así que sonrió algo incómodo después de ese saldo de mano y anunció -bueno chamacos, deberíamos de irnos ya-

[...]

El coraje es algo que pocos pueden reunir después de llorar, México no tenía elección, dejo su tristeza de lado y con una cara serena salió de si habitación por primera vez en dos días, sus ojos estaban algo hinchados pero le dió igual.

Lo primero que hizo fue ir a la cocina pues era al único lugar en el segundo piso que no habría tantas niñas, al caminar por el pasillo escuchaba las niñas jugando y algunas cantando, se veían más animadas que la última vez que las vio.

Al entrar por esa puerta grande de roble vio a tres de sus hijas, las que mejor lo entendían en cuanto a pensamientos pues pensaban casi igual ante las situaciones. Siempre serías y calculadoras pero que por eso mismo les costaba expresar sus sentimientos. Ellas eran Campeche, baja California y Michoacán.

La más pequeña comía unas galletas que había hecho baja California, no decía nada y por la expresión de sus hermanas se podía deducir que no había hablado desde ese día, por otro lado, Campeche no sabía como tratar con su papá, era igual o peor con los sentimientos, así que simplemente aguardo silencio.

Baja California era la más directa, y sin titubear le pregunto -papá, ¿Ya te sientes mejor?- Mex alzó la mirada con una sonrisa sincera pero se veía a la vez como si estuviera cansado -si... Ya estuvo bueno de chillar por alguien que ahora mismo le importó una chingada... Ya estoy mejor niñas-

[...]

-oh... Eres tu- en su puerta había un chico moreno con pelo corto que se ocultaban por una sudadera grande naranja, USA se sentía débil ante él, pero no debía de verse débil así que su única salida que vió fue el ser intimidante -¿Que quieres?, Esto de venir hasta mi departamento es mucho y más cuando sabes perfectamente que odio las visitas... Incluyendo la tuya Perú...-

Perú alzó la mirada mostrando sus ojos de distinto color, entró con pánico sin permiso del estadounidense -estrella necesitamos hablar- De nuevo esos ojos lo miraban sin piedad al norteamericano, está último apartó la mirada -suficiente tengo con los problemas de mi país y las shit [mierdas] maritales que tienen mis papás como para que también soportar lo tuyo dove [paloma]-

USA seguía sin verlo a los ojos, eso le empezó a desesperar al latino -¡por favor!, Estrellita mírame- el corazón del estadounidense empezó a doler otra vez con ese simple apodó -vete de aquí por favor...- susurro sin mucha fuerza, aún así Perú lo pudo oír -... please Star... Mírame-

-ya no puedo... No quiero caer de nuevo por ti... No quiero salir otra vez mal por ti... Aparte... No importa si ahora no estás con Nataly, siempre regresan... Siempre lo haces cuando nosotros estamos "bien"-

-termine con Nataly porque al fin tome el coraje... ¿Puedes verme por favor?- USA seguía terco en su postura, Perú se hartó, con sus manos con callos tomó las suaves mejillas del estadounidense haciendo que lo viera directamente, fue ahí que se dió cuenta que los ojos azules de su "Star" estaban llenas de lágrimas y gotas rodaban por las mejillas del rubio. Por eso no lo quería ver, ya no podía aguantar esas ganas de llorar.

[...]

Una prisión sigue siendo una prisión incluso si está es muy bonita y recogida, en esa prisión de cuatro paredes estaba Rusia en su escritorio escribiendo concentrado con la luz de si lámpara de noche.

En ella se podía leer:

16 de junio

Luciérnaga, mi amor, espero que Moscú te esté dando esto a un buen tiempo, por favor no tires esta carta y léela hasta el final, te extraño, te amo mucho y se que capaz y nunca te lo había dicho en persona pero te amo, todo lo que has visto en esas jodidas redes sociales es mentira, me tienen encerrado pero no te preocupes luciérnaga, lo único que deseo es estar a tu lado y llenarte de besos como tú has hecho conmigo, por favor no me trates de olvidar porque eso me dolería.

-Россия

Tomó un sobre que había en uno de sus cajones, aguardo ahí la carta doblada y le puso un poco de cera para sellarla finalmente. Espera con ansias que Moscú aceptará esa petición.

[...]

El lugar estaba lleno de ruido, la música rezonaba en los tímpanos de la capital ruso, este último ya no podía más, el tener que soportar tanta gente en un solo lugar ya de por sí le costaba un esfuerzo sobrehumano, ahora con varias chicas y también chicos que se acercaban con claras intenciones de coquetearle le daban asco.

Y no porque quisiera ser grosero, solo que desde que tiene recuerdos, todo tipo de comportamiento sexual le daba un poco de asco, viniera de quién viniera. Tomó otro caballito de tequila, se recargo en la mesa donde lo habían abandonado su amiga Pekín, Washington y ese entrometido capital mexicana.

¿Por qué entrometido?, Bueno en la entrada se estaban peleando dos humanos y la ciudad se metió para separarlos y darles a los dos un par de tragos, ahora esos humanos se habían hecho amigos, para su punto de vista solo bastaba con ignorarlos y listo, se le hizo totalmente absurdo esas acciones.

Después de unos minutos decidió descansar sus ojos y cerrarlos por unos segundos, luego escucho una voz familiar en medio de tanto ruido -¿Tas bien güero?- con fastidio abrió los ojos sin esperar que Ciu estuviera tan cerca, literalmente le faltaban menos de cinco centímetros para quedar pegados, Moscú con tranquilidad se alejó -¿conoces al menos el concepto de espacio persona?-

-no lo manejo wey- Moscú rodó los ojos fastidiado -vato- lo llamó de nuevo la ciudad -te quieres ir de aquí ¿eda?, Yo te puedo llevar al hotel donde se están quedando- esa propuesta era muy tentadora, Moscú no sabía moverse en ese lugar, tenía que estar pegado si o si a Pekín, sin embargo no veía a Pekín con tantas ganas de irse ese momento -¿Qué pasará con Pekín?, Necesito cuidarla-

-ella estará bien, está con Washington, ya le dije al wey que dónde la pase algo o le haga algo lo dejo sin huevos- Moscú medio entendió lo que le intento decir CDMX, titubeó unos segundos pero al final de cuántas aceptó.

[...]

Las calles llenas de vida de Washington daban un contraste muy drástico con la capital rusa que seguía serio sin querer hablar con Ciu, pero el norteamericano le importo poco si lo escuchaba o no, le bastaba con hablarle, después de unos 15 minutos caminando llegaron al hotel donde Moscú y Pekín se estaban quedando.

El euro-asiatico le insistió a Ciu que ya no tenía que acompañarlo, pero la ciudad lo ignoró y lo acompaño hasta la puerta, ya ahí Moscú le iba a cerrar la puerta en la cara al otro, pero con ambas manos pudo pararlo -¡orale wey!, Se dice gracias cabrón- el mexicano se dió cuenta que no ocupaba mucha fuerza para pararlo eso se le hizo extraño -para ser la única vida que has tenido eres muy débil-

Moscú expreso sorpresa con su rostro alzando las cejas y trataba de cerrar con más fuerza la puerta, por el silencio que hubo ciudad de México intuyó algo -espera, ¿no es la primera?... JA, bueno siendo el mayor debes de darme respeto mocoso-

La capital rusa ignoraba todas las palabras del mexicano, y cuando estaba a nada de cerrarlo Ciu anuncio unas palabras -dejame pasar... маленькая москва [pequeño Moscú]- se distrajo y por consecuencia perdió la concentración haciendo que Ciu ganará -gracias "pequeño Moscú"-










































-🦊

Por dios quitenme este sufrimiento llamado ✨ me faltan un chingo de capitulos pesados✨

Tú y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora