Capítulo 12: Compláceme.

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ISABELLA

– Suficiente ¿Qué sucede?

Levanto mi vista conectando con los ojos verdes de Felipe.

– ¿De qué hablas? No sucede nada.

Vuelvo a mirar mi plato de comida, revolviéndolo con el tenedor. Hace dos días que sucedió lo de Liam y e evitado toparme con el en cualquier momento. Salgo primera que todos del salón y corro lo más rápido que puedo hacia mi bicicleta que decidí esconder en otro sitio para evitar ser emboscada nuevamente.

– Algo sucedió, te conozco. Haz estado rara estos días.

– Estoy bien tranquilo...es solo...– suelto un suspiro volviendo a mirarlo – el estrés del instituto, estamos en época de parciales.

Su expresión de preocupación no cambia en ningún momento y su vista se fija en mí tan intensamente como si quisiera adentrarse en mi mente y averiguar todos mis secretos.

– Sabes que siempre te apoyare en todo lo que te suceda ¿cierto?

Agarra mi mano sobre la mesa dándome un cálido apretón ocasionando que las ganas de llorar comiencen a calar desde lo profundo de mi ser, pero ya no quiero llorar más.

He llorado cada día apenas me adentro en mi hogar.

– Lo sé, créeme que cuando algo me suceda serás el primero en saberlo ¿sí?

Le devuelvo el apretón de manos dándole la mejor sonrisa que pueda colocar en mi rostro, pero un carraspeo hace que me voltee en esa dirección.

– ¿Qué será el primero en saber? Claro si puedo enterarme también.

Mis ojos impactan con esos pequeños pedazo de cielo que se encuentran tan oscurecidos intercalando su vista entre yo y Felipe que ocasiona un malestar en mi cuerpo. Su voz fue tan fría que mando una corriente eléctrica por todo mi cuerpo.

– Nada, solo le decía que cualquier cosa que necesite siempre estaré para ella. – explica Felipe.

– ¿Solo tú? Que yo sepa todos nosotros estaremos siempre para ella.

Responde Christopher con un tono más serio.

– ¿Y a ti que te sucede? ¿Por qué estas enojado ahora?

Christopher suelta un bufido mirando hacia otro lado.

– No me sucede nada.

Felipe frunce su ceño mientras lo observa, yo vuelvo a fijar mi vista en Christopher y me doy cuenta de que sus ojos se encuentran fijos en mi mano que se encuentra entrelazada con la de su hermano. Su mandíbula de tensa apretando los dientes y vuelve a mirarme fríamente ocasionando que nuevamente ese malestar se instale en mi cuerpo.

Retiro mi mano de la su hermano instintivamente y agacho mi mirada hacia mi regazo donde pretendo limpiar pelusas inexistentes.

– Bueno ya que estas aquí. – habla Felipe – ¿podrías hacerle compañía? Debo ir a hablar con padre un momento.

Lo miro rápidamente con confusión.

– No te enojes, solo será un momento.

Bufo mientras miro hacia la ventana.

– Sí claro, anda yo le hago compañía. – responde él rubio de ojos cielo.

– Perfecto, vengo en un momento.

Escucho como Felipe se levanta de su asiento y se aleja caminando por el pasillo. Mi vista sigue puesta en la ventana observando el bosque que se encuentra en el patio trasero de la mansión. Puedo escuchar como Christopher toma asiento arrastrando la silla y me sobresalto cuando siento sus rodillas impactar contra mi muslo.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora