ISABELLACamino tras el mientras salimos del despacho encontrándonos con el guardia fuera de la puerta. Su mirada nos recorre y termina mirándome a mi con una clara señal de disculpas por interrumpir.
– Lo siento mi señora. – dice en mi dirección con cara de perro arrepentido.
Hago un gesto con las manos restándole importancia y puedo ver como Christopher lo mira perplejo.
– ¿Y a mi no me pides disculpas? También me interrumpiste. – habla con tono ofendido.
El guardia lo mira, me mira a mí y vuelve a mirarlo a él.
– Lo siento Alpha. – responde haciendo una reverencia. – sus padres lo esperan en el salón.
Dicho eso nos da la espalda y comienza a caminar por el pasillo dejándonos atrás. Christopher se cruza de brazos sobre el pecho mirando con el ceño fruncido en la dirección que hombre se fue, acerco una de mis manos hacia su hombro para llamar su atención.
– ¿Qué sucede?
– Te prefieren a ti. – responde mirándome serio.
Una risa sale de mis labios, – ¿De qué hablas?
– ¿No lo haz notado? Te muestran respeto, se disculpan inmediatamente contigo cuando creen que algo te incomodará. – niega con la cabeza divertido. – creo que te quieren mas que a mí y llegaste hace dos semanas.
Una carcajada sale de mi boca y me acerco más a él para rodear su cintura con mis brazos mientras apoyo mi mentón en su pecho mirándolo desde abajo.
– Te recuerdo que antes vivía también aquí. – menciono acariciando su espalda, sus brazos también me rodean y la sensación de tenerlo así me encanta. – y lo más seguro es que teman que otra vez les gane en combate.
Suelta una risa ocasionando que pueda sentir el vibrar de su pecho, inclina su cabeza conectando su mirada con la mía y los nervios se hacen presentes por la cercanía. Mis hormonas revolotean en mi interior, su aroma y feromonas atacan las mías y estoy segura de que estoy inconscientemente liberando un poco de las mías porque sus narices se agrandan cuando olfatean y sus pupilas de dilatan un poco más de la cuenta.
– Me muero por besarte. – susurra con su voz más ronca.
Trago saliva intentando pasar el nudo de nervios que se formo en mi garganta, me pego aún más a su cuerpo moviendo mis manos desde su espalda hacia sus caderas empuñando su camiseta.
– ¿Y qué te detiene? – pregunto cuando siento sus manos arrastrarse por el borde de mis brazos hacia mi cuello.
– No lo sé. – vuelve a susurrar cuando sus manos se aferran a mi cabeza enredando sus dedos tras mi nuca.
Humedezco mis labios cuando lo veo a él hacer ese gesto, sus manos ladean suavemente mi cabeza cuando comienza a acortar la distancia entre nosotros, su nariz roza la mía, nuestras respiraciones se mezclan y sus labios tocan sutilmente los míos dejando una suave caricia antes de alejarse unos milímetros.
Cierro mis ojos, abro ligeramente mi boca cuando siento que vuelve a acercarse y cuando creo que podre besarlo...
– Christo... uh lo siento. – escucho la voz de Marcos a mi espalda.
Un gruñido de frustración sale de mis labios mientras vuelvo a abrir mis ojos y puedo sentir el suspiro que bota el rubio. Su rostro se aleja del mío sin soltar mi rostro para mirar a su beta.
– ¿Sí? – pregunta con un tono de frustración que me hace sonreír.
No soy la única con ganas al parecer.
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Rechazada
Про оборотней¿Qué se hace cuando aquella persona que debía amarte, apoyarte y defender de todos, decide que no quiere hacerlo? En mí caso, velare por m misma, ya mucho he sufrido como para desmoronarme por él. Ya tuve suficiente dolor, así que buscare mi sitio e...