Capítulo 32: Vampiro.

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ISABELLA

Lo miro fijamente intentando procesar sus palabras. Lo exilio. ¿No se da cuenta de lo que sucede? Quizás solo sea una idea mía.

– ¿Piensas lo mismo que yo? – pregunta Ágata por el link.

– Sí.

– ¿Cómo no lo pensó antes?

– Quizás nunca espero que algo así sucediera.

– Que idiota es nuestro mate. – replica con burla.

Reprimo la sonrisa que amenaza formarse en mis labios, mirando fijamente esos hermosos ojos azul cielo que me miran detenidamente esperando una respuesta de mi parte.

– ¿Hace cuánto? – pregunto adentrándome más en el despacho.

Puedo ver como su ceño se frunce y tira una mirada rápida hacia Marcos él cual luce igual de confundido que él, pero rápidamente vuelve a mí.

– ¿Hace cuanto qué?

Bufo, – ¿Hace cuanto lo exiliaste?

Me paso frente a la estantería llena de libros antiguos, con el dedo índice recorro los lomos de todos ellos haciendo una línea hasta llegar al último. Observo mi dedo y esta lleno de polvo, una mueca se hace en mi boca y limpio disimuladamente mi dedo en mi ropa.

– Cuando me convertí en Alpha. – responde mientras escucho como vuelve a sentarse en su silla.

Un sonido de afirmación sale de mi garganta mientras sigo mirando atentamente los libros. Un carraspeo llama mi atención, pero no volteo para ver a la persona.

– ¿Qué tiene de importante eso? – pregunta Marcos – ¿Hay algo que sepas y nosotros no?

Volteo hacia ellos que me miran expectantes.

– ¿Hace cuanto eres Alpha? – pregunto hacia Christopher ignorando la pregunta de su mano derecha.

– ¿No lo sabes? – inquiere sorprendido.

Frunzo el ceño e inclino levemente mi cabeza.

– ¿Debería?

– No, claro que no. – responde con un deje de tristeza – hace un año mi padre me cedió el mando.

Asiento distraídamente caminando hacia en ventanal que se encuentra tras la silla de Christopher.

– ¿Han encontrado alguna pista o indicio que alguien del pasado de tu padre sea el responsable de lo que sucede?

– No. – responden al unísono.

Los arboles se mecen con el viento y los pájaros vuelan sobre las copas de ellos.

– ¿Y quien creen que tiene motivos para ir contra un Alpha que es nuevo en su puesto? – pregunto sintiendo ese vibrar en mi cuerpo que no indica nada bueno – ¿Quizás alguien que fue exiliado?

El silencio se hace presente en la habitación, sus respiraciones se detuvieron por un momento y me alegra el saber que llegaron a la misma conclusión mía. Mis ojos lobunos se hacen presentes al ver sombras negras moviéndose entre los arboles a una distancia prudente de la mansión.

Mis sentidos se agudizan y una sonrisa se forma en mis labios.

– Joder tiene razón. – exclama Marcos golpeando el escritorio con la palma de su mano.

Mis vellos se erizan y lentamente retrocedo de la ventana, quedando lo más cerca de los lobos a mis espaldas sin apartar la vista del exterior. Mis sentidos están alertas, las sombras negras están más cerca y todo a mi alrededor se difumina.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora