Capítulo 47: Marca.

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Omnisciente.

Los pájaros cantan y los insectos revolotean alrededor de lo que hace unos cuantos minutos era un pequeño campo de batalla, ellos siguen su vida, sin saber que una posible tragedia esta por suceder.

Marcos corre como puede a pesar de sus heridas y golpes hacia su Alpha, su mejor amigo, su hermano, el cual se encuentra acostado de costado en el suelo siendo ayudado por uno de los guardias que estaba cerca de él en el momento que la tragedia sucedió.

Isabella sigue en estado de shock por ver a su mate en ese estado, intenta ponerse de pie, pero los síntomas de su magia a punto de descontrolarse le pasan cuenta. Brenin corre en su ayuda, le agarra la cara observándola detenidamente y con un profundo miedo instalándose en su pecho al ver a la muchacha en ese estado.

No quiere perderla, no puede perderla.

El siempre se sintió solo, hasta que ella llego. Si bien, sus caminos no se encontraron por coincidencia, la pelirroja logro ganarse su lugar dentro del corazón del brujo.

– ¿Isa? – le habla el brujo a la muchacha con preocupación.

– Debo ayudarlo. – murmulla ella intentando alejarse del tacto del pelinegro con intenciones de ir con su lobo.

– No puedes, estas en tu limite. – intenta convencerla.

– No me digas que hacer. – gruñe en su dirección cuando sus ojos comienzan a mancharse entre dorado y celeste.

Marcos por su lado llega hacia su amigo que cada vez está más pálido, su respiración es superficial y sangre brota por su boca.

– Amigo...– susurra el beta logrando que su Alpha lo mire, pero el pánico lo inunda con lo que ve.

Sus ojos están perdidos, no puede enfocar bien y sus parpados le pesan. Los guardias restantes se acercan rápidamente hacia donde su Alpha herido se encuentra. Marcos mira a uno con el miedo bailando en sus ojos.

– Corre, aúlla haz lo que sea, pero rápido, necesitamos ayuda. Consíguela.

El hombre asiente y rápidamente se transforma aullando en señal de ayuda, para aquellos que se encuentren en la mansión, para que el medio oiga, para que todos sepan, que posiblemente su Alpha no sobreviva.

En la mansión ese aullido logra alertar a la familia de Christopher, tanto los padres como Felipe rápidamente se transforman en sus lobos y corren como nunca en sus vidas, con el miedo en sus corazones, rogando que no sea tarde, que alcancen a llegar, que alguien los ayude.

Isabella como puede logra llegar al lado de su hombre ubicándose a un costado de Marcos, ella acaricia el rostro del Alpha admirando aquella pieza metálica incrustada en su cuerpo. El beta intenta arrancarla de él, pero todos se sorprenden al escuchar el sonido de su piel quemándose.

Plata.

– Yo lo hago. – responde la pelirroja, haciéndose espacio frente a la barra de metal.

Sus manos hacen contacto con ella, pero no obtiene el mismo resultado que él beta, todos la miran con confusión menos Brenin, él sabe que ella no sé ve afectada por la plata, por el simple hecho de ser bendecida al ser descendiente de la Diosa Luna.

– Brenin si no quieres que yo ayude, hazlo tú. – lo mira la pelirroja cuando se acomoda para comenzar a retirar la barra.

– Sabes que no soy tan fuerte como tú.

– ¡Inténtalo joder! – grita presa por el pánico sintiendo su cabeza palpitar.

Marcos le ruega con la mirada al brujo y un fuerte suspiro sale de él al darse cuenta de que debe intentarlo, sabe que su magia si bien es poderosa, no lo es tanto como la de ella, pero no puede permitir que pierda el control. Así que lo intentara, por ella.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora