Capítulo 46: Salvarlo.

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ISABELLA

Las líneas de Liam avanzan rápidamente hacia nosotros traspasando nuestras fronteras, algunos de nuestros guardias se transforman en sus lobos y otros simplemente se quedan en forma humana.

Si bien nosotros los superamos en número, él tiene vampiros y brujos de su lado. Los gruñidos comienzan a hacer presentes llenando el ambiente. Mis ojos no se apartan del lobo gris de Liam, sus dientes están expuestos en mi dirección y sus ojos muestran claramente sus emociones. Las ganas de tiene de matarme.

Una sonrisa burlona tira de mis labios y ese es el incentivo suficiente para que comience a correr en mi dirección. De reojo puedo ver como Christopher vuelve a adoptar la forma de Zeus y antes de que el se mueva comienzo a correr en dirección a Liam interceptándolo a mitad de camino.

Sus patas delanteras se elevan y anticipo su movimiento tirándome al suelo, lográndome deslizarme bajo su cuerpo, pasando entre sus piernas cuando él tuvo la intención de lanzarse hacia mi cuello.

Ventilabis. – digo pegando la palma de mi mano en su estómago mientras me deslizo bajo él logrando que su cuerpo salga expulsado por los aires.

Me coloco de pie rápidamente cuando un vampiro intenta irse contra mí aprovechando mi distracción, pero es retenido cuando Zeus se lanza sobre él mordiendo su cuello y zarandeándolo hasta separar la cabeza de su cuerpo. En cuerpo inerte cae a sus patas y la sangre comienza a escurrir en conjunto con su saliva por sus colmillos.

Nuestras miradas conectan por un segundo, le lanzo un beso en señal de agradecimiento y puedo ver como una especie de sonrisa de forma en su hocico. Los gritos de dolor de alguien me devuelven a realidad y busco rápidamente con la mirada viendo como uno de los guardias es atacado entre un vampiro y un hechicero a unos cuantos metros.

Corro en su dirección esquivando los grupos peleando. Cuando ya estoy a una distancia prudente disminuyo mi andar moviendo mis manos y muñecas frente a mi cuerpo.

Ignis. – recito comenzando a formar una bola de fuego entre mis manos.

Una vez que alcanza el tamaño adecuado, la expulso lanzándola hacia el vampiro que esta sobre el cuerpo del guardia intentando morder su cuello. La bola impacta contra él arrancándolo de su cuello y cuando estaba por comenzar a formar otra para lanzarle al hechicero, alguien se me adelanta tirándola una bola de color azul. De hielo.

Ambos cuerpos son expulsados unos cuantos metros mirando en mi dirección con odio, logrando que el guardia se coloque de pie con dificultad. Busco con la mirada al responsable de la bola de hielo y me encuentro con los ojos verdes brillantes de Brenin.

Avanzo hacia el guardia colocando uno de sus brazos sobre mis hombros para alejarlo un poco de la pelea, lo apoyo contra un árbol dejándolo caer al suelo y su respiración forzosa llama mi atención.

– Llegue. – dice Brenin cuando se hinca a nuestro lado. – ¿Por qué no me avistaste de esta actividad recreativa?

El guardia lo mira con confusión. – Sucedió de la nada, estábamos en la fiesta y de repente las alarmas sonaron ¿no las oíste? Eran bastante molestas.

Llevo mis manos hacia el torso del hombre frente a mí rompiendo la camiseta que trae puesta y puedo sentir como sus nervios se hacen presentes, pero no me detengo. Rasgo entera su prenda dejando su torno expuesto ante nosotros.

– No oí nada. – responde el brujo. – estaba divirtiéndome con la rubia y de repente PUF, desapareció.

Una risa sale de mis labios y el guardia mueve su vista entre nosotros. – Sí lo siento, la necesitaba.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora