Capítulo 41: Conversaciones ajenas.

48.8K 3.9K 351
                                    




ISABELLA

Veo su espalda desaparecer por el pasillo. Alejándose de mí.

– ¿Por qué estaba triste? Hace un momento estaba bien. – habla ágata.

– No lo sé.

– Vamos a verlo, a darle cariños, amor, quizás así se siente mejor.

– No podemos.

– Claro que sí... yo lo quiero.

Se que lo hace, porque yo también lo hago, aunque me esfuerce por ocultarlo o negarlo. Lo quiero tanto que duele, porque aun no soy capaz de decir la verdad, de dejarme llevar. De acercarme, cuando muero por hacerlo. Besarlo, sentir sus labios otra vez.

– No me vuelvas a tocar cuando él este presente. – dice Brenin ocasionando que lo mire.

– ¿Qué?

Su vista también esta fija en el pasillo por donde Christopher desapareció hace unos segundos.

– Él estaba bien hasta que me tocaste. – responde mirándome. – luego de eso solo se podía oler su tristeza.

– No hare eso. – respondo con enojo. – no tengo por que dejar de hacer cosas solo porque él se siente triste.

Niega con la cabeza. – ¿Sabes que creo que él pensó?

Me mantengo en silencio esperando que hable.

– Creo que vio como te preocupabas por mí...

– Lo hago. – lo interrumpo.

– Déjame terminar. – me apunta con su dedo. – creo que el vio como te preocupabas por mí, como me tocabas, la cercanía que tenemos...

– ¿Y? – pregunto cruzándome de brazos

– Joder que me dejes terminar. – gruñe y una risa sale de mis labios.

– Creo que debe haber pensado que algo más sucede entre nosotros.

Me quedo callada procesando lo que me dice y la realidad me cae de golpe como un balde de agua fría. Mis brazos caen a mi costado y mi vista vuelva a caer en aquel pasillo.

– ¿Tú crees eso?

– Puedo asegurártelo.

– Pero...¿y por que no me dijo nada?

Su cabeza se ladea hacia un lado mirándome con confusión.

– ¿Qué quieres que te diga? – pregunta.– dudo que él sienta que puede preguntarte algo así.

– No lo sé...– muerdo el interior de mi mejilla. – quizás... no sé...

– ¿Y que le dirías? –  pregunta cruzándose de brazos. – ¿oh sí, antes nos acostábamos, pero desde que volví y supe que nuevamente eres mi mate mi corazón solo late por ti?

Frunzo el ceño y un malestar se forma en la boca de mi estómago.

– No.

– ¿Entonces? – consulta.– tus señales no son claras con él, nunca le haz demostrado nada, dudo que él crea que tiene alguna oportunidad contigo.

– No lo sé...yo...

Un carraspeo llama mi atención y mi pulso se dispara cuando volteo y veo a Marcos en el umbral de la puerta mirándonos fijamente. ¿Escucho lo que Brenin dijo?

– ¿Qué sucedió aquí? – pregunta mientras mira todo a su alrededor.

Hago una mueca con la boca al ver todo el desastre, – Ágata estaba un poco enojada.

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora