Capítulo 3

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| ¿Suerte? |

Estaba en el suelo frunciendo mi ceño mientras levantaba un poco la cabeza. Fue un fuerte golpe... pero por suerte no fue algo grave, no tenia sangre ni estaba inconsciente, solo fue un golpe realmente brusco que impactó por un lado de mi frente y cabeza.

-mierda. -escuché un insulto detrás mío.

-¿qué? -otra voz se hizo presente.

-no es un chico...

¿Y?

Me levanté del suelo mirando a esos rostros ya conocidos. Ahora mi mayor pregunta es como me encontraron para saber que iba a comprar un helado, pero dejando de lado las dudas, los miré amenazantes, de hecho, no esperé respuesta o ayuda alguna de su parte.

Directamente corrí hacia el menor de los hermanos, intentando darle un fuerte puñetazo, pero entonces alguien sostuvo mi muñeca de forma fuerte. Debo admitir que me sorprendió que pudiera frenar mi golpe.

Miré hacia arriba, el chico de las trenzas había frenado mi golpe mientras el otro se quedó quieto justo delante.

Con mi otro puño intenté golpear a quien me detuvo, pero me frenó haciendo que golpeara el fierro... otra vez.

-¡maldición! ¡eso duele! -me quejé molesta- suéltame basura. -me liberé de su agarre.

-esto es... sorpresivo. -habló el mayor colocando el fierro en su hombro y su mano en su cintura, ya había hecho esa pose antes.

-debo admitirlo... -el menor acomodó sus lentes.

-¿sorpresivo? ¿Qué les parece sorpresivo? -pregunté mirándolos a ambos con mi ceño fruncido- no se queden ahí, ya comenzaron a atacarme, terminemos esto como se debe.

-no pelearé con una chica. -dijo el mayor- pensamos que eras hombre, no te vimos el rostro con exactitud la vez pasada.

Me molesté.

-¿crees que por ser una chica no puedo pelear? -me apresuré a llegar a él amenazante.

-eh, eh, eh. -me frenó el menor- quietita.

Pero claramente no me quedé quieta.

Levanté mi puño para golpearlo, pero me esquivo y en cambio en un rápido y extraño movimiento agarró todo mi brazo en una posición... que parecía ser una llave. Entonces ahí si me quedé quieta.

-puede romperte el brazo si lo desea. -comenzó a decir el de las trenzas- ¿tienes idea de quiénes somos? Somos los líderes de Roppongi, y tu estas en nuestro territorio querida.

-no me llames así, y ustedes no son los líderes de Roppongi hasta donde sé. La ciudad no está a su nombre.

Escuché una risa del menor detrás mío.

-no eres tan inteligente al parecer... -comenzó a hablar nuevamente el chico de las trenzas- y no me hagas repetir lo que dije. Te dimos un día para deshacer tu pandilla, no cumpliste y tendremos que tomar medidas al respecto.

-¿qué? ¿Vas a volver a golpearme? Adelante, trencitas. Kageki no va a disolverse, no importa cuantos huesos quieras romperme. -miré al menor- adelante, ¿qué esperas? -lo desafié.

ᖇOᑭᑭOᑎGI × Rαɳ Hαιƚαɳι x Oƈ ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora