Capítulo 24

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Estaba de pie en la sala abrazándome a mi misma mirando hacia abajo, mis lágrimas ya no salían pero yo seguía sintiéndome vacía, quería irme e ir a cualquier parte, no quería ir a casa, ni quería estar aquí, solo ir a alguna parte y que no haya nadie, poder gritar sin que nadie me escuche... quiero a Fudo de vuelta.

-ven. -me llamó Ran, sentandose en el sillón con lo que parecía ser un botiquín.

Cierto, tengo heridas.

-¿cuando vas a matarlo? -pregunté.

-lo hablaré con Rindo, pero de esta semana no pasa.

-quiero estar ahí.

-esta bien.

Di media vuelta satisfecha con esa respuesta, queriendo irme para ir a... ni si quiera sabia a donde.

Pero al colocar mi mano en la perilla de la puerta, Ran detrás mío puso su palma en esta para impedir que la abriera, solo le di una mirada, él estaba serio, me miró de esa forma, en el fondo con lo que parecía ser preocupación.

-no puedes salir así.

-no tengo nada más que hacer aquí. -negué.

-déjame curar tus heridas, ¿quieres? -no respondí, solo agaché la mirada, dejando de tomar la perilla con mi mano- ven.

Puso su mano en mi espalda, caminando a un paso lento hasta el sillón, pero sin motivo alguno, mis piernas desaparecieron, no fui capaz de seguir manteniendome en pie, por suerte me afirmó antes de caer, pero se sentía extraño, como si estuviera en blanco, como si aún no asimilara lo que le había ocurrido a Fudo, no quería creer que esto era real.

Ran me hablaba, pero no podía oírlo. Me llevó hasta su sillón, en donde me senté y él tomó mi mano, ni si quiera me importó el dolor que sentí cuando desinfectó la herida.

Fudo no puede estar muerto.

El arma me apuntaba a mi.

¿Por qué Fudo estaba detrás mío? ¿Por qué a él le llegó el disparo? Esto no está pasando.

No es real.

-Riley. -la voz de Ran me hizo girar la cabeza para mirarlo, él fruncia su ceño, preocupado- se que...

-no, no lo sabes. -lo interrumpí- tu hermano sigue vivo. -miré hacia el frente- el mío no.

Ni si quiera pudo responderme, solo se levantó para luego colocarse delante mío, pensé que me estaba abrazando, pero me tomó entre sus brazos, caminando hacia el pasillo que llevaba hacia las habitaciones. Entramos a su habitación y luego al baño que había ahí, la ducha que había aquí a diferencia del otro baño no era una bañera, si no una ducha con harto espacio. Ran me sentó encima de la tapa cerrada del inodoro, yo solo lo miré buscando una explicación.

-te darás una ducha y veremos bien tus heridas... y lavaremos tu ropa. -largó el agua de la ducha, pero yo no me moví de mi lugar- Riley, por favor... no puedo ducharte yo.

Miré mis manos, tenían sangre, al igual que mi playera y buzo, tal vez mi rostro también... parezco una loca, y mi expresión no ayuda mucho.

ᖇOᑭᑭOᑎGI × Rαɳ Hαιƚαɳι x Oƈ ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora