Capítulo 35

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| Solo desconocidos |

Mi ceño estaba fruncido con mi boca entre abierta, mis ojos hinchados y algo rojos, estaba desarreglada, y mi cabello se movía junto con el viento de a poco.

Otra vez este lugar, este maldito lugar, otra vez un cementerio, otra vez alguien aquí, otra vez estoy yo de espectadora, ¿por qué? ¿Por qué no pude salvarlos? Estaban a mi lado, pude haber hecho que la bala de Fudo llegara a mi pecho, pude haber hecho que la camioneta me atropellara a mi y no a Jiyu, ¿por qué soy tan débil? Me odio tanto, me doy tanto asco que podría matarme a mi misma.

-¿por qué, Fudo? -pregunté frunciendo aún más mi ceño viendo la tumba de Jiyu- ¿no quieres aparecer ahora? -miré a mi alrededor, pero no había nadie- ¡APARECE MIERDA! -grité.

Respiré de forma agitada, dejando caer mis rodillas al suelo sin importar que me las haya lastimado, saqué un cigarrillo de mi bolsillo, colocándolo en mi boca y encendiendolo de forma rápida con mis manos temblando un poco.

Boté el humo de mi boca, echándome hacia atrás en el suelo sin importarme nada, mirando hacia las nubes, el día era gris y tenía pinta de lluvia, pero no estaba lloviendo aún.

-no debería estar aquí, soy tu asesina. -fruncí mi ceño, sentándome otra vez en el suelo- lo siento Jiyu, solo... -me encogí de hombros, dejando el cigarrillo en mi boca sorbiendo mi nariz. Con mi mano libre, tomé el batido de unicornio dejándolo en su tumba- te lo había prometido, aunque probablemente ahora se pudra... -fruncí mi ceño- solo... es que te lo había prometido, perdón.

Negué con mi cabeza levantándome de mi lugar.

Mi mano que tenía el yeso la guardé en mi bolsillo, mientras que con la otra fumaba mi cigarrillo alejándome del cementerio.

Habían pasado unas dos semanas, tal vez tres... no había contado los días, solo sé que he estado yendo a la escuela sin prestar atención, ni he estado estudiando, solo he estado en mi cama bebiendo o fumando, también quise ir a una fiesta pero la gente me desagradaba así que me fui de esa estupidez, no duermo mucho, solo cuando estoy muy borracha, así que se podría decir que estoy de la mierda sin querer saber del mundo.

¿Mis abuelos? Claro que notan mi estado, han intentado hablar conmigo, pero yo no quiero hablar el tema, y no quiero preocuparlos o que me vean en ese estado, he estado buscando arriendo en otros sitios, pero luego lo pienso mejor y decido que no es el momento todavía.

Lo que me puso peor en toda esta semana, fue un mensaje que me envió Rindo, el cual decía...

"Reunión de líderes de nuestras pandillas, Jueves a las 8:00 p.m en..."

Me quería morir pensando que tendría que verle otra vez la cara a Ran, así que lloré otra vez pensando en qué hacer conmigo.

Y encontré mi escapatoria al menos.

-¡agh! -gemí de dolor retrocediendo un poco- bastardo. -miré al sujeto con odio, quien tenía una manopla con la cual había golpeado mi mejilla.

-¿tu una líder? No me hagas reír. -negó- ya te dije, si me ganas en esta pelea entonces tendrás dinero, si no... -puso sus palmas en forma de puño.

Sonreí a penas mientras asentía.

-me tomó por sorpresa. -volví a mi lugar inicial.

Además, ahora tenía un yeso para no poder golpearlo con esa mano. Así me ganaba el dinero ahora, si iba a malgastarlo en mis vicios entonces lo ganaría por mi cuenta de manera sucia, pero que me ayudaba a desahogarme en todo sentido, si me golpeaban al menos sentía que me lo merecía, y no estaba tan mal, y golpear al resto me ayudaba a desahogarme también.

ᖇOᑭᑭOᑎGI × Rαɳ Hαιƚαɳι x Oƈ ×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora