Sorpresas

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Habían pasado un par de días desde que Kami se había ido de la casa, las demás chicas y yo no salimos a ningún lugar en especial y para que si había de todo en la casa de Mar y con los elfos domésticos que nos hacía de comer lo que pidiéramos éramos más que felices ahí. 

El jardín de la casa era enorme y colindaba con un pequeño bosque ahí era donde nos gustaba más pasar el rato, tenía una gran mesa al salir de la casa con un enorme paraguas para cubrirnos del sol en los momentos donde este pegaba más, pero la verdad era poco el tiempo que durábamos sentadas ahí, corríamos por todos lados, aún éramos unas niñas pero eso no impedía enamorarnos a temprana edad. 

En el bosque nos encantaba jugar a las escondidas, era difícil encontrarnos pero eso no le quitaba la diversión al juego, era muy divertido hacerlo, de hecho en uno de nuestros escondites encontramos un pequeño lago, cosa que ni Mar conocía. A partir de ese día nos metíamos al lago, era tan refrescante y más en las horas cuando no soportábamos el calor. 

-Me iré a recostar un poco chicas – grite para que me escucharan. La única que me regreso respuesta fue Avi. 

-Aquí seguiremos – grito para luego darse un chapuzón. 

Entre a la gran casona y me dirigía hacía mi habitación cuando de repente alguien me sacaba de mis pensamientos. 

-Nalle – me pico las costillas al momento de decir mi nombre. 

-Kami – grite al ver a mi amiga. Había regresado de con sus padres, eso sí que era una sorpresa al verla tan pronto de regreso. 

-Nalle – grito también para luego darme un abrazo. 

-¡Qué rápido regrésate!, aunque se sintió una eternidad – dije deshaciendo el abrazo. 

-Lo mismo digo, pareció una eternidad, pero ya estoy aquí – estaba bien feliz de haber de regresado y claro yo también. Cuando las demás la vieran se iban a poner igual de feliz -¿y las demás? – pregunto volteando ver alrededor. 

-Están en el lago – no recordaba que ella no sabía aún de la existencia de ese nuevo paraíso. 

-¿En el qué? – me pregunto sin entender. 

-Cierto, perdona – me disculpe – después de que te fuiste encontramos un pequeño lago en el bosque y ahí nos hemos ido – le conté. 

-¡Oh! Que padre, quiero ir – dijo dando saltitos  como niña pequeña. 

-Te llevo, pero luego me regreso – antes de que ella llegara yo iba a mi cuarto quería descansar un poco. 

-¿Por qué? – pregunto aguitada. 

-Cuando nos encontramos yo iba a mi habitación, quiero descansar un poco – le dije mientras que con mi mano derecha me sobaba mi brazo izquierdo. 

-Anda quédate un ratito más – me pidio y me puso sus ojitos de perrito mojado, esos que nunca me podía resistir. 

-De acuerdo – grito de emoción – pero solo un rato – le advertí. 

-Sí, con eso me basta – decía jalándome del brazo para de nuevo yo salir de la casa. 

Salimos hacía el jardín para adentrarnos hacía el bosque, comenzamos a caminar durante unos diez minutos, no hablamos durante el recorrido pero cada vez que volteaba a verla se le veía la cara de emoción que traía. Al llegar escuche un gritito de emoción que produjo mi amiga. 

-¡Wow! Esta hermoso – dijo llevándose sus manos a la boca que formaba una gran O. 

-Sí, lo sé – sonreí. No podía negarlo, era un pequeño paraíso, solo para nosotras. 

-Kami – grito Mar al verla y salió corriendo a ella. 

Al llegar con Kami, Mar se le dejo caer con un gran abrazo haciéndola caerse al pasto. 

-Yo también te extrañe Mar – tenía una gran sonrisa – pero podrías quitarte de encima que me estas aplastando – le pidió. 

-Lo siento – se disculpó parándose y ayudando a ponerse de pie. 

Las demás seguían nadando en el lago, pero se dieron cuenta que Mar había salido corriendo, voltearon a ver lo que sucedía y salieron de inmediato al ver a Kami. 

-Chicas – grito Kami al verlas llegar a las demás corriendo hacia ella. Pero puso sus manos como barrera al verlas que no se detenían – esperen, esperen, ya me tumbo Mar, no quiero otra caída – río sin bajar sus manos. 

-Aburrida – se cruzó de brazos Avi al escucharla – una que quiere divertirse -. 

-No niego que es divertido pero para mi espalda no lo es tanto – se sobo un poco su espalda. 

-Bueno chicas, ya la traje, yo me retiro – dije cortando la plática. 

-¿Pero?, Nalle – volteo a verme Kami. 

-Estoy cansada, perdón, pero a la hora de la cena platicamos más, por favor – le pedí casi en forma de súplica por cómo me veía. 

-De acuerdo – cedió. 

-Ustedes sigan divirtiéndose – sonreí para luego dar media vuelta e irme de ahí. 

-Aún piensa en él, ¿verdad? – pregunto Kami. La alcance a escuchar y me escondí en un árbol para poder escuchar. 

-Si – contesto Avi. 

-Dice que no y lo niega siempre que tratamos de sacar el tema en cuestión pero se molesta – explicaba Mika. 

-Y con tal de no discutir ahí le dejamos, no le insistimos más, ya que pues veníamos a divertirnos y no enojarnos – sonrió Mar y se encogió de hombros – ¿no creen? – pregunto y las demás asintieron. 

-Hay que hablar bien con ella – opino Kami – yo sé que Black no vale la pena, pero hay que hablar con ella y ayudarla a olvidar -. 

-Si se le ha olvidado algo – dijo Mar – y fue gracias a este pequeño lago – volteo a verlo – pero cada vez que regresa a su cuarto se puede escuchar sus sollozos y más por las noches – se le notaba que estaba preocupada, todas lo estaban. 

Opte por mejor retirarme de ahí y dejar de escuchar la conversación, no me gustaba que hablaran de mí, lo hacía porque estaban muy preocupadas pero no me gustaba escuchar la verdad, pero creo que era mejor aceptarlo a negarlo que era lo que siempre hacía, negar que aún me importaba, negar lo que en verdad sentía, negar que Black estaba marcado en mi corazón. 

No sé cómo llegue a mi cuarto tan rápido, pero ahí estaba de nuevo acostada en mi cama, con los ojos llenos de lágrimas y pensando en él, en sus ojos, en su boca, en su cuerpo tan cercano al mío. Me voltee boca abajo y comencé a golpear la almohada, sentía que con eso podía descargar la ira que sentía cada vez que se me venía la imagen de él y la chica rubia riéndose en la heladería. Me quede sin fuerzas y pude sentir como mis ojos se iban cerrando poco a poco por el cansancio. 

Ni en mis sueños me dejaba en paz, soñaba con él todas las noches, soñaba muchas escenas, por ejemplo que éramos novios y muy felices, otra donde aceptaba estar con él pero al poco tiempo me dejaba y se iba con otra chica, había de todo lo mejor que podía soñar con él, como lo peor de los escenarios. Ni en mis sueños me encontraba en paz.

Te amo Black! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora