Enojo

86 6 0
                                    

Nos separamos porque necesitábamos tomar aire, pude ver su cara de sorpresa.

-No tienes que responderme - me adelante a que dijera algo que a lo mejor para él no era el momento.

-No es eso hermosa, solo que me sorprendiste - me sonrió - pero te digo una cosa - se acercó a mi oído - yo también te amo - me susurro.

Ahora era yo quien se sorprendía.

-Seguro que lo dices de corazón y no por compromiso - dije nerviosa - no lo dije para que tu me lo dijeras, me salió del corazón - confesé.

-Lo digo de todo corazón hermosa, enserio, por Merlín que no miento - dijo apretando un poco más mi mano y acercándose a mi - estoy loquito por ti - con su otra mano tomo mi mentón y me acerco a él para que lo volviera a besar - te amo - me volvió a decir, esas hermosas palabras que en su boca se escuchaban de lo más bello y lindo que podía imaginar, sentía que andaba en las nubes.

-Ey canuto - alguien le habló desde las escaleras - oh perdón, no quise interrumpir - era James el mejor amigo de Sirius.

-No pasa nada cornamenta - le contesto, volteando a verlo.

-Así que tu eres la famosa Nallely - dijo mirándome de arriba a bajo - esta muy linda Canuto - dijo con picardía.

-Lo sé por eso es mi novia - dijo tomándome de la cintura para acercarme a él.

-Ahora eres mi cuñada - dijo James mirándome con una gran sonrisa - que bueno que aceptaste andar con este cabeza hueca, ya no soportaba que todos los días estuviera todo nervioso en saber si lo aceptarías o no - dijo burlonamente.

-JAMES - dijo entre dientes Sirius molesto.

-James, tu y yo tenemos mucho de que hablar - le dije mirándolo fijamente.

-Cuando quieras Nallely - dijo con una sonrisa - si se trata de dejar en ridículo a canuto, cuando quieras aquí estoy - dijo abriendo los brazos.

-Que gracioso Corna - dijo serio Sirius.

-Tranquilo Sirius - le di un beso en la mejilla - solo será una pequeña platica - dije divertida.

-Ahora los dos se reían de mi perfecto - dijo revoleando los ojos al techo y alzando las manos al aire.

-Ya, ya, tranquilo canuto - dijo palmeando su espalda varias veces - anda y vayamos a desayunar que mi estomago esta muy hambriento - dijo tocándose su estómago y en eso un rugido estruendoso se escuchó de ahí.

-Wow - dije sorprendida volteando a verlo - y eso que yo creía que era la única que mi estomago hacía esos ruidos - reí y los dos chicos también lo hicieron.

-Bueno vayamos a alimentar esos dos monstruos - dijo Sirius tomándome de la mano para comenzar a caminar y pasar por el hueco del retrato de la Dama Gorda.

James iba a lado de Sirius, me pareció un chico muy divertido y buena onda. Sabía que esos dos eran como hermanos, en cada travesura que estaba metido Sirius, también James lo estaba, eran inseparables.

Como siempre el Gran Comedor estaba lleno de gente que salía y entraba de él, uno que otro fantasma se aparecía. Las cuatro mesas largas estaban llenas de comida.

Llegamos al Gran Comedor y nos sentamos en los primeros asientos vacíos.

-Que rico se ve todo esto - dijo James saboreando unos ricos hot cakes que estaban frente a él.

-Se ven muy ricos - dije tomando dos y agarrando un poco de jugo de calabaza - ¿tu que agarraras Sirius? - le pregunté.

-Unos huevos revueltos - dijo sirviéndose de un plato grande que estaba a unos centímetros lejos de él. Comenzamos a desayunar, después de un rato se unieron a nosotros sus otros dos amigos Remus y Peter. El primero era rubio, de ojos color miel y el otro era regordete y moreno. Se veían simpáticos pero algo en Peter no me da mucho confianza, sentía un no sé qué, que no me gustaba del todo.

Te amo Black! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora