Capitulo 51: Like I'm gonna lose you.

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Desde que Alison y Arya volvieron a Noruega comenzamos una especie de rutina entre las tres, por tanto cada mañana exactamente a las 7 am he estado recibiendo un mensaje de buenos días y luego un largo mensaje de voz de Arya contándome cómo le fue durante la mañana en el jardín de niños.

Son las 10:34 am y aún no recibo nada, por lo que preocupada tras escribir diez mensajes y no recibir respuestas, decido llamar por FaceTime y a unos treintas segundos de espera es cuando Alison contesta y no parece para nada feliz.

—Lo siento, amor. —Dice caminando apresuradamente por el departamento sin mirar aún la pantalla. —Las cosas no están muy bien ahora mismo.

—¿Qué pasa? —Pregunto inmediatamente y me detengo en medio camino a la cafetería. —¿Están ustedes bien?

—Sí, bueno, físicamente sí, pero una niña le ha pegado goma de mascar a Arya en el cabello y tuve que cortarlo considerablemente. —sus palabras me dejaron atónita. —Luego intentó arreglarlo con tijeras y recibí la llamada de la escuela cuando estaba en una reunión del consulado.

—¿Dónde está Arya?

—Está llorando en la habitación, está destrozada, ahora mismo intento prepararle galletas con forma de animales para subirle el ánimo.

—¿Quieres que cuelgue? ¿Podría hablar con ella? —Le pregunto preocupada.

—No, sí, espera, le haría bien hablar contigo. —Al decirlo la veo entrar a la habitación y por mi parte vuelvo al auto para poder hablar mejor con Arya. —Aquí está.

La escucho sollozar y eso me rompe el corazón, Arya ama su cabello, tanto así que no le gusta que nadie lo toque, recuerdo que Sabrina lo intentó y la pequeña corrió en dirección contraria a su tía negándose a que esta logre hacerle algo.

—Cielo, mira es Billie. —Dice Alison y aunque no pueda verlo sé que la está acariciando. —Quiere hablar contigo, ¿podrías hacerlo?

Escucho un susurro como afirmación y luego la veo en la pantalla, sus hermosos ojos están rojos al igual que su nariz y sus mejillas, sus pestañas están húmedas como el resto de su pequeño rostro y su cabello que solía estar a mitad de su espalda ahora tienen las puntas sobre sus hombros.

—Hola, hermosa. —Le digo sonriendo para no demostrarle que estoy preocupada.

—Hola, Bill. —Dice con la voz entrecortada y pasa el dorso de sus manos por sus ojos.

—Me gusta tu nuevo look. —Comento. —¿Por qué estas triste si sigues luciendo igual de hermosa?

—Mi cabello. —es lo único que alcanza a decir hasta que respira profundamente y agrega:— Quería tenerlo como Rapunzel.

—¿Sabes? Volverá a crecer y más hermoso, recuerda que rapunzel se cortó el cabello también, puedes decirle a Alison que lo peine como el de ella. —Intento buscarle el lado positivo y parece estar de acuerdo en ello.

—¿Te gusta así? —Pregunta con curiosidad.

—Claro que sí. —afirmo.

Unos minutos después se queda dormida y Alison se lleve el móvil con ella a la cocina, por mi parte vuelvo a la cafetería y cuando estoy devuelta al auto me comunica que iba a continuar las galletas. No decimos nada, ella ha puesto el móvil sobre la isla de la cocina para que pudiera verla mientras empaca, la miro mientras toma unas cuantas y las pone en una pequeña caja rosa y escribe algo con un marcador negro sobre cartón.

—¿Y esas? —le pregunto, mientras continúo en mi camino al estudio fotográfico. No estaba muy segura de sí lo que tenía en mente era así por lo que me atreví a preguntarle sobre ello.

En mi pielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora