Amor Tricolor

Capítulo 8

Luego de casi freír todas sus neuronas pensando en dónde ir, se decidió por una pista de hielo cerca del lugar. Hace poco había visto en las noticias que a los extranjeros les encantaban. Para su suerte esta no era una hora muy concurrida del lugar.

— Мы приехали (Ya llegamos) —quitó la llave, apagando el motor.

— ¿Qué hay aquí? —preguntó quitándose el cinturón.

— Каток (Una pista de patinaje) —bajaron del auto y le puso seguro—. Он очень популярен здесь (Es muy popular por aquí).

— Mm —se acercó para caminar a su lado y lo siguió hasta la entrada.

Una vez dentro se registraron y pagaron su entrada, continuaron por un pasillo hasta llegar a una gran apertura en donde se podía divisar parte de la pista. La ansiedad del ruso recorría toda su tensa espalda al no ver ningún tipo de reacción por parte de su acompañante. Comenzó a sentirse arrepentido de haber propuesto el lugar.

— ¡Oye que bonito esto! —exclamó mientras recorría todo el lugar con su vista, sacándo al más alto de sus pensamientos.

Al centro había una gran pista con algunas líneas de colores trazadas en ella, a su derecha e izquierda habían diez filas de butacas, lo mismo al frente. Al fondo a la izquierda se veía un modesto patio de comidas y una caseta en donde habían organizados varios pares de patines.

— Ты думаешь? (¿Tú crees?) —al fin pudo respirar en paz y se sintió aliviado de no haber metido la pata al escoger ese lugar.

— Todo decoradito, ahí con lucecitas y todo. Na, que encachao —llevó una de sus manos a su bolsillo.

— Это просто крытая дорожка, которую вы должны увидеть на Красной площади на Рождество (Esto es solo una pista techada, deberías ver la que hay en la plaza roja en navidad).

— Quizás alguna vez me pegue una escapá —le dió un vistazo rápido a su acompañante.

Cerca de ellos pasó una joven que estaba haciendo un par de trucos, y por otro lado se veían a unos niños que estaban jugando.

— Умеете кататься на коньках? (¿Sabes patinar?) —preguntó algo nervioso.

¿Y si no sabía? No habría problema en enseñarle, pero ¿qué hay si no le interesa aprender? Nadie le dijo que se hiciera el misterioso cuando ni conoce a la persona que intenta impresionar.

— Sobre ruedas. Tenemos un par de pistas, pero me dan miedo las cochiná —admitió con ligera vergüenza.

— Не хотел бы ты попробовать? (¿Te gustaría intentar?) —esbozó una pequeña sonrisa.

Chile lo miró algo inseguro. La verdad es que siempre había tenido ganas, pero le daba cosa caerse frente a otras personas.

— Я обещаю, что не отпущу тебя (Prometo que no te soltaré) —levantó su mano en señal de juramento.

— Ya vinimos hasta acá, así que te lo encargo —jugueteó con la manga de su polerón.

Y tenía razón, ¿quién va a una pista de patinaje a puro mirar? Ni que hubiera sido entrada liberada.

— Подожди меня здесь, я иду за коньками (Espérame aquí, voy por los patines) —con una sonrisa fue hasta donde guardaban los patines.

El de estrella se sentó en una de las butacas que había por el lugar, el cual por lo menos no estaba tan lleno.

Perú me va a sacar la chucha cuando llegue al hotel, pensó. Ya no tenía ni su celular como para haberle mandado un mensaje. Por otra parte, Bolivia se iba a enojar, porque el peruano lo trata como si fuera un niño.