Capítulo 10.1

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Con el mayor cuidado posible de no hacer ruido ingresó al piso y luego a su habitación compartida. Argentina encendió la luz dejándolo en evidencia.

— ¿Qué hacés? —preguntó divertido desde la cama.

— Pensé que estabai durmiendo —se enderezó.

— Menos mal que sólo ibas a dar una vuelta —comentó señalando el reloj que había en el cuarto.

— Se me pasó la hora —dejó sus cosas en el piso, al lado de su orilla.

— Así veo... Te llamé y no contestaste —se apoyó en su brazo.

— Ah, sí —se quitó la polera y buscó la del pijama—. Es que estaba con alguien.

— Mirá vos —arrastró las palabras—. ¿Estabas con el ruso por el que nos dejaste al almuerzo?

— No los dejé, me topé con él camino acá y ya —se quitó el parche que usaba y lo dejó a un lado—. Y sí, estaba con él.

— No sabía que eran amigos.

— No lo somos.

Se miraron por unos segundos y el silencio inundó las cuatro paredes. Chile se sentó al borde de la cama, mas cuando sintió algo incómodo en su bolsillo se paró otra vez.

— Ay, verdad —rebuscó en los bolsillos de su pantalón—. Toma —le tiró la cajetilla de cigarros—. Eran los más parecidos a los que te gustan.

— ¿Y esto? —recibió los cigarros y los examinó.

— Pa' que no me digai que no me acuerdo de ti —tuvo la intención de guiñar un ojo, pero calló en cuenta de que no podía—. Guiño, guiño —parpadeó forzado dos veces.

— Sos un estúpido —rió y dejó la caja sobre el mueble que estaba junto a la cama.

— Soy tuerto, que es distinto —aclaró desde el baño.

El de sol dudó unos momentos entre si seguir preguntado o mejor intentar dormir.

— ¿Y qué traés con este no amigo? Porque vos no sos el más social que digamos —no pudo simplemente quedarse callado.

— Cuando lo sepa te digo —habló con el cepillo de dientes en la boca—. Pero mañana voy a volver a salir con él, se ofreció a llevarme a turistear.

— Dale, y tan pesado que se ve.

— Igual me extrañó —apagó la luz del baño y cerró la puerta—. Pero bueno, así ya no tení que aguantarme —le dió un suave codazo, a la par que movía las sábanas para acomodarse.

— ¿Vos estás seguro de que podés confiar en él?

— Uy, mira que seguro, seguro. No estoy —se dió media vuelta y se tapó—. Pero tú mismo me hai dicho que debería salir con otras personas.

— Claro, y como vos sos tan obediente —comentó con sarcasmo y burla.

— De cuándo tan metiche tú —aplastó su cara con su mano como si intentara apretar un interruptor—. Apaga la luz mejor y duerme. Tengo tuto —resfregó su cara contra la almohada.

Sin decir nada, el argento se giró y apagó la luz.




























Datazos (que no son datazos)

- Como me demoré en subir el otro, aprovecho de subir este también

- Dudo tener listo el próximo antes de año nuevo, así que nos vemos en enero si mi creatividad coopera 🤠





Gracias por leer esta weá

Mocca
👾💜

Amor TricolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora