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Un año después. El primer amanecer desenfrenado, 1 de Junio de 2005.

La luz de la luna adornaba las oscuras y frías calles de Japón, la neblina de la madrugada desaparecía por los motores de las motocicletas.

-¡Hey Baji! ¿Cómo estuvo el incidente del Olimpo?.-Preguntó Draken.-

-¿Huh? Esos idiotas solo eran el primer escuadrón, así que los golpeamos fácilmente. ¿Nos es verdad Chifuyu, Hayashi?- Akari asintió con sueño y Chifuyu respondió como entusiasmo.-

-Cualquiera que vaya tras de Baji-san será desnudado y les daré una paliza.- Todos escucharon atentamente, no era de extrañarse la lealtad que le tenía el rubio al azabache.-

-Debes de tener cuidado en no exagerar con la órdenes extrañas de Baji.- Pequeñas risas escaparon de los labios de aquellos chicos, a veces sus órdenes si que eran extrañas.-

Y así pasaron los minutos, Draken verificando que todo estuviera bien en cada división, pues su sueño de conquistar al mundo junto a la Toman se estaba cumpliendo, cada vez crecía más y más.

-¡Toman es más grande día a día!.- Dijo Peyan con una sonrisa en su rostro.-

-¡Si! ¡Es porque nuestro líder es el más fuerte!- respondió Pachin con la misma emoción que su hermano.-

-Mikey ha estado haciendo sus movimientos últimamente, ¿Eh?-

-¡Por supuesto!.-

-El rostro de la Toman...-Resopló Draken con la misma alegría y confianza.- ¡Es el invencible Mikey! ¿Sabían?- E incluso ahora las pupilas de cada integrante de la Toman brillaban más que las estrellas, lo hacían por Mikey, la fortaleza y confianza de la Tokyo Manji.-

Se sentían tan solos al verlo siempre a la delantera pero a la vez tan afortunados de tenerlo. Los motores aceleraron, marcando con la ruedas las calles de Japón, una era de delicuentes apoderándose de la madrugada.

Habían llegado, la playa y la brisa cálida de esta. En ese lugar el viento resoplaba y la luz de las estrellas eran cada vez más extravagantes.

-¡Hemos llegado! ¡Woow, las estrellas se ven hermosas!- Tan bellas como el mar, pensó Draken.-

La pandilla bajó de sus motocicletas, la suave marea y el viento provocó el frío, y sí, casi se congelan.

-¡Hace frío!- El de ojos avellana comenzó a frotar sus brazos y su cuerpo comenzó a temblar. No solo el de él, también el de todos.-

Akari frotó sus manos y cada vez que se calentaban se las ponía a las mejillas del azabache.-Son tan cálidas...- susurró él, pero eso no sería suficiente.-

-Hakkai, Chifuyu. Vayan a comprar algo caliente al supermarket.-Dijo Baji con la intención de conseguir que Akari también se calentará ya que no podía abrazarla, quería pero le daba cierta pena.-Por cierto, son las 4 am, ¿A qué hora sale el sol?-Akari sonrió y se acercó al azabache.

-Baji, no seas impaciente. Faltan como dos horas para eso.-

El frío hacía de las suyas nuevamente, los dientes de los chicos temblaban y sus pieles se erizaban por completo. En cualquier momento creerían que se congelarían.

-¡Que mierda, me voy a congelar!.-

Cierto rubio comenzó a correr.-¡Vamos a correr!-

-¿Eh? ¿Estás bromeando?- Preguntó el azabache, su cuerpo a duras penas se movía. Akari tomó de la mano a éste.-¿Huh?

-¡Vamos, Baji!-

Todos corrían por toda la arena dejando sus huellas, poco a poco sus cuerpos se iban calentando y el sudor recorría sus pieles convirtiéndose en calor. Los minutos pasaron, Hakkai y Chifuyu se habían unido pero poco a poco el cansancio se había apoderado de ellos.

𝑮𝒐𝒍𝒅𝒆𝒏 𝒉𝒐𝒖𝒓 | 𝑩𝒂𝒋𝒊 𝑲𝒆𝒊𝒔𝒖𝒌𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora