La muerte.
Todos alguna vez hemos perdido a alguien. Al recibir la noticia, esta llega como una bala y se impregna en la piel, haciéndola sangrar, no lo puedes evitar y tu corazón comienza acelerar de una manera que no creíste posible, tus manos comienzan a temblar y tu boca va quedando seca de apoco hasta que las lágrimas comienzan a caer y una película se reproduce ante tus ojos.
Esa película donde el/ella aún estaba a tu lado, es doloroso pero inevitable. Porque los latidos se han esfumado y su cuerpo ha caído.
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Su cabeza dolía más de lo que creía posible, sus piernas se movían por si solas, tratando de seguirlo pero las paredes blancas la hicieron estallar. A pesar de ya no tener sangre en sus manos, aún podía ver ese color escarlata recorrerla. Estaba abrumada.
—¡Imposible! ¡Su sangre es imposible de conseguir en tampoco tiempo!.— escuchó decir y solo así volvió en sí, encontrándose en el pasillo de urgencias.— Morirá.
Morirá, morirá, morirá.
Esa palabra rondó su mente haciéndola tomar su cabello con fuerza y gritar. Llamando la atención de todo aquel cerca.—Yo tengo la misma sangre, aún puedo salvarlo.— mencionó temblorosa.
—¡Eres sola una menor, eso no es correcto!.
Todo había pasado tan rápido, ni siquiera entendía cómo es que ahora estaba sujetada por Mitsuya mientras pataleaba y lloraba sin parar, cualquiera que pasará cerca creería que alguien estaba siendo torturado y prácticamente así era, su corazón y alma estaban siendo torturados.
—Señorita suelte eso, si usted realmente tiene ese tipo de sangre sería un...— fué interrumpida.
—¡Solo así se verán obligados a salvarlo!.—cayó de rodillas junto al chico que la sostenía.—Por favor, no quiero perderlo.
Aquel llanto era un desgarrador sonido, en su voz se marcaba lo doloroso de su sentir.
—Akari, por favor suelta eso.— mencionó Mitsuya quién se encontraba temeroso si algo le llegará a ocurrir a ella también.
Demasiado tarde, la aguja había perforado su vena.
Takemichi lloraba sin pudor mientras que el color carmín llenaba los pasillos blancos, convirtiéndolos en un intenso escarlata. Chifuyu trataba de procesar todo y los médicos habían quedado mudos.
Era una escena trágica.
Despertó de golpe, haciendo caer el montón de hojas que había sobre ella. Su respiración subía y bajaba, había tenido el recuerdo de ese día.
Su mirada viajó hacía él, el coma se había apoderado. Sus ojos permanecían cerrados y sus cabellos se removían de un lado a otro a causa del viento que logró entrar.
Le obsequio una sonrisa para después recoger cada sobre que momentos atrás habían caído, soltó un sollozo al ver todos esos sobres sin abrir o al menos, no todos.—Solo quedan tres...— musitó ella sentándose en el mismo lugar; una silla demasiado cerca del azabache.
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𝑮𝒐𝒍𝒅𝒆𝒏 𝒉𝒐𝒖𝒓 | 𝑩𝒂𝒋𝒊 𝑲𝒆𝒊𝒔𝒖𝒌𝒆
FanfictionEn ese instante eran solo un pequeño atardecer, el era el suave rojo que tiñe el cielo azul y ella era la luz cálida que ilumina cada rincón de ese rojo. 📌 HISTORIA COMPLETADA. 📌Esta historia puede contener lenguaje explícito. 📌Puede contener spo...