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La tarde hacía de las suyas nuevamente y esos dos regresaban de la escuela, después de todo no había sido tan difícil vivir juntos e incluso era demasiado acogedor, encajaban tan bien en esos últimos tres días.

—¿Esos no son Mikey y Draken?—Preguntó la chica dejando de caminar.—Y están con alguien más, ¿Quién será?—

Baji alzó una ceja confundido mirando a la dirección donde veía Akari.— ¿Ah? Ni idea de quién sea.—

Akari quería ir y saludar pero dejó el asunto, quizá solo se podría tratar de una coincidencia o alguien que conocieron por ahí en una pelea. Siguieron su camino hasta el supermercado, comprarían cosas para la cena. Al entrar Baji no dudo en ir al apartado de libros y enciclopedias para animales, mientras tanto Akari suspiró y pensó que la señora Baji hacía todo un esfuerzo al tener un hijo tan curioso como el. Ella tomó un carrito dónde debería poner las compras y se acercó al pelinegro que ya estaba en el suelo hojeando un libro sobre delfines, se inclinó hacía el tomando uno de sus mechones azabaches.

—¿Qué vas a querer cenar, Baji?.— Le preguntó con una sonrisa llamando la atención del pelinegro por un instante para después desvíar su mirada al libro otra vez.—

—Lo que sea esta bien.— respondió y  un aire de enfado se apoderó de Akari tomando el libro que momentos antes el azabache leía, esta acción lo dejó  confundido y un poco asustado. Su amiga tenía la misma mirada de su mamá cuando estaba molesta.— ¿Pero por qué?

—No me ayudas, Baji. Ven, me ayudarás a escoger los vegetales.— Baji rendido dejó que Akari lo guiará al apartado de frutas y verduras. Esa escena hizo que varios los mirarán. Pues algunos creían que era madre e hijo y otros que eran un matrimonio primerizo que los habían obligado a casarse.

—No tenía idea de la variedad de cosas que hay solo en el pasillo de verduras y frutas.— Akari sonrió.— Debería ir más de compras.— La chica solo asintió.—

—Prepararé bolitas de pulpo y vegetales salteados. Toma, tú irás por el pulpo y yo por los vegetales.—Dijo dándole en una nota la cantidad exacta para ellos dos.—¿Te gustaría un postre? Podemos comprar un pastel de frutas, tenemos suficiente dinero.—

—Por supuesto, compra lo que tú quieras. Regreso luego.— Respondió con una sonrisa que dejaba ver sus característicos colmillos.—

Ya se encontraban pagando. Después de todo no hubo muchas complicaciones, el azabache solo entrego la nota y sonrió con pena, Akari compró un poco de todo desde zanahoria, espárragos y espinacas. En cuanto al postre no se decidían y terminaron comprando dangos, los favoritos de la chica.— Aquí tiene.— mencionó la chica. Una señora de grande edad era quién los estaba atendiendo.—

—Veo que no tuvieron problemas. Debió ser difícil al ser un matrimonio muy jóven.— Los dos chicos abrieron sus ojos lo más que pudieron y un sonrojo se apoderó de ellos.—

—¡No somos esposos!.— Dijo la chica cubriéndose las mejillas.— Aún somos estudiantes.— Ella no entendía porque la necesidad de aclarar todo. Quizá porque creía que el azabache se incomodaría , pero al contrario estaba realmente sonrojado y un pequeño déjà vu recorrió sus recuerdos. La primera vez que le propuso que fueran esposos.—

—Ella tiene razón.— Exclamó el azabache en apenas un susurro y con las mejillas en tonalidades carmesí.—

La señora se disculpó y como regalo les dió un café. Los chicos salieron avergonzados, Baji cargaba las cosas y Akari sostenía la mano de el. Así quién no pensaría que son esposos,  pensó la señora que minutos antes los atendía. El camino a casa fué tranquilo, hablaban sobre quién podría ser aquel chico rubio que estaba junto a Mikey y Draken, pero a los adentros del pelinegro, este solo se mantenía pensando en la promesa que le hizo a Akari de niños y lo que también le dijo a Mitsuya. Llegando a su hogar, Akari puso al azabache a cortar los vegetales mientras que ella cocinaba el arroz y las bolitas de pulpo.

𝑮𝒐𝒍𝒅𝒆𝒏 𝒉𝒐𝒖𝒓 | 𝑩𝒂𝒋𝒊 𝑲𝒆𝒊𝒔𝒖𝒌𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora