Rechazo

1K 163 132
                                    

Pov: Myoui Mina.

Jadee con fuerza mientras que mis piernas terminaban por colapsar contra la dura tierra. Adolorida lleve mis calientes y temblorosas manos contra mis muslos intentando de esa forma poder recuperar el aliento mientras que sentía como mis talones hacían presión contra mis nalgas: me estaba muriendo, esto era una genuina tortura. Ingenuamente había creído que Sana no estaba hablando en serio con respecto a mis prácticas con Sir Felix, creí que ella solo lo había dicho para quedar bien con su hermano mayor, pero para mi mala suerte al dia siguiente ella llegó mucho antes de las siete de la mañana y prácticamente me obligó a levantarme. Hasta ese momento pensé que solo tendría una clase moderada, nunca pensé que Sir Felix me trataría como una persona experimentada en ese tipo de entrenamiento; literal el cabrón me estaba tratando como si este cuerpo hubiese practicado toda su vida, aunque claro, era cierto que en mente tenía el suficiente conocimiento y fuerza voluntad como para poder seguirle el ritmo, pero fisiológicamente hablando, no era posible terminarlos. El desgraciado ni siquiera me dejó tomar agua, con rapidez me obligo a hacer distintos tipos de ejercicios, y la única forma de poder tener un descanso era cuando literal mi cuerpo colapsaba o vomitaba; lamentablemente, ambas ocurrieron con frecuencia durante todo el transcurso del dia.

Tomé grandes bocanadas de aire echando mi cabeza hacia atrás, el sudor se deslizaba con facilidad por mi rostro, y para qué hablar del resto de mi cuerpo; estaba completamente empapada, y comenzaba a darme comezón. No negaré que era bastante incómodo esa sensación a pesar de que técnicamente estaba mentalmente acostumbrada él. Escuché los pasos de Sir Felix acercándose donde yo estaba. Aún aturdida por el ejercicio hice todo lo posible para enderezar mi cabeza notando como el chico se paraba frente a mi. Su alto y corpulento cuerpo obstruía por completo los rayos de sol que estuvieron durante todo el día chocando contra mi pálido cuerpo. Lo observé en silencio, su oscura silueta me veía pero no decía nada al respecto, y eso comenzaba a colocarme de los nervios. Tenía un mal presentimiento. Aunque claro no era idiota, así que solo me quedé en silencio observando atentamente como él se llevaba una de sus manos contra su cuello. 

—Dios Santo... y eso que recién estamos haciendo el calentamiento—aclaró mientras que yo solo me terminaba por sentar en el suelo. Estiré mis piernas sintiendo mis muslos completamente acalambrados, no había ninguna parte de mi cuerpo que no se estuviese quejando por el sobreesfuerzo, aunque claro, no tenía el valor suficiente como para quejarme frente a él—fuu...—suspiró estirando su mano libre. Por instinto cerré los párpados pensando genuinamente que el volvería a tomarme para arrastrarme hacia la zona de pelea, pero para mi sorpresa su amplia palma se detuvo sobre mi coronilla. Rápidamente amplié mis párpados observándolo con incertidumbre. El chico no parecía asqueado por el sudor envuelto en su palma, en realidad, se veía animado, que tipo mas raro, pensé mirando como él me daba una cálida sonrisa—la verdad es que no esperaba que duraras tanto—serás cabrón, pensé haciendo todo lo posible para no cambiar mi expresión—lo hizo bastante bien—me halagó con sus ojos aún fijos sobre mí—...si quiere podemos tomar un descanso.

¿Es una especie de trampa? pensé reacia a creer que él me estaba dando tiempo para respirar. Lo mire fijamente, una parte de mi quería simplemente aceptar su jugosa oferta, pero la otra sabía que eso no sería propio de mí, ¿Qué clase de militar sería si me rendía en el calentamiento? me cuestioné mientras que, a regañadientes me trataba de levantar sintiendo como él alejaba su mano de mi cabeza. El pelinaranjo no dijo nada al respecto, en silencio dio un paso hacia atrás observándome como yo hacía mi mejor esfuerzo para no tambalearme. Que vergüenza, pensé llevando mis palmas contra mis propias caderas, fingí estar recompuesta, pero la verdad es que sentía que en cualquier momento mis piernas iban a colapsar. 

¿La villana ha cambiado? [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora