Preocupaciones

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Pov: Im Nayeon.

A pesar de que había tenido esa duda desde el momento que lo escuché, pensé que jamás tendría el suficiente coraje como para poder preguntárselo personalmente, así que realmente no sé que pasó esta vez conmigo como para haber logrado conseguir el suficiente valor para poder preguntarle sin tener el vivido temor de una mala reacción de su parte, ¿Fue porque me sentía por primera vez cómoda con su presencia? pensé observando atentamente como, Mina, luego de escuchar mi pregunta lentamente se giró quedando frente a mi. Sus ojos, la verdad es que yo nunca había visto esa expresión en su mirada; ella se veía realmente asustada y preocupada, una extraña mezcla que jamás creí ver en ella, ahora la estaba observando. No supe cómo tomármelo. Por impulso di un paso hacía atrás, la simple idea de pensar que su máscara estaba a punto de caerse permitiendo que su verdadera naturaleza saliera a flote me angustió lo suficiente como para querer mantener la mayor distancia posible de su cuerpo. La rubia velozmente se quedó quieta, era obvio el hecho de que había notado mi comportamiento, así que creí firmemente que se molestaría, pero como llevaba haciendo desde que despertó de su accidente, simplemente me sorprendió notar que, a pesar de todo, estaba manteniendo la calma. 

A pesar de que una parte de mi realmente no quería seguir manteniendo mi vista sobre su cuerpo, aun así lo hice, notando como la rubia simplemente apretaba los labios manteniendo sus ojos fijos en el suelo, la verdad, es que no sabría decir si ella estaba realmente avergonzada o no, en sí, me parecía extraño que mi prometida fuese capaz de siquiera actuar bajo ese sentimiento, pero si era sincera, en estos momentos me podía esperar cualquier cosa de ella. Mina encorvó sus hombros mientras que presionaba su palma contra la parte externa de su brazo, dándole un aspecto frágil y pequeño. Tragué saliva mirando momentáneamente hacia otra dirección; era imposible que Mina fuera frágil y pequeña, porque primero, ella era más alta que yo, y segundo, ese monstruo jamás ha sido frágil, en realidad, estaba casi segura de que ni siquiera sabe lo que significa eso. Llevé mi mano contra mi propio antebrazo hundiendo los dedos sobre mi piel al comprender lo que estaba sucediendo; había sido una tonta, por un momento realmente creí que ella había cambiado, me dejé cautivar por su actitud atenta y su comportamiento extraño, pero pasivo, olvidando casi por completo todo lo malo que había hecho. Mordí el interior de mi mejilla manteniendo en mis pensamientos que no debía confiar en ella, por mucho que estuviese siendo buena conmigo, no podía, ni debía creer que en sus acciones. 

—¿Quién te lo contó?—cuestionó con mayor tranquilidad provocando que yo simplemente me paralizara en mi sitio, ¿Entonces el rumor era cierto? pensé aturdida mientras que veía la forma en que la rubia había mirado hacia otra dirección tratando de parecer desinteresada en el tema, ¿De verdad le dieron cincuenta latigazos? me cuestioné sin poder creer que realmente había pasado eso, porque era simplemente algo que ni siquiera se podía imaginar; jamás habían lastimado a Mina, sin importar que tan horrible e inhumano hubiese sido sus acciones, siempre, sin importar la gravedad, el Duque terminaba por tomar la responsabilidad de sus actos, así que era inevitable para mi y para el resto de las personas que el rumor que se esparció por el Reino fuese poco creíble.

—Cuando escuché a las criadas que te habías marchado con el Duque, simplemente los seguí—admití sintiéndome completamente avergonzada de haber tomado esa repentina decisión, pero la verdad es que no tuve otra opción; el momento que escuché a los demás sirvientes hablando a escondidas de Mina, no pude evitar el prestarles atención, logrando poder oír el hecho de que había llegado una carta por parte de su majestad. Ellos no hablaron en sí de lo que contenía la carta, pero eso era obvio, unos simples sirvientes jamás tendrían la oportunidad de poder leer la letra del Rey, aunque claro, eso no me impidió el poder comprender lo que estaba ocurriendo. Apreté mis labios, no podía simplemente decirle que instintivamente había querido interferir en el asunto, no podía confesar que había actuado intentado estúpidamente el querer protegerla, porque eso no tenia ningun tipo de sentido, ¿Yo? ¿Queriendo proteger a ese monstruo? no, jamás. Sacudí mi cabeza en negación notando como la rubia solo me veía en silencio: ¿Qué me pasa?, la verdad es que ni yo misma me comprendía en estos momentos—a~aunque claro... Cough... aunque claro, no pude ingresar en la habitación, así que solo deambulé por los pasillos, hasta que escuché a unos de los guardias hablando sobre tu castigo—aclaré manteniendo mis ojos en el suelo, mientras que podía escuchar como Mina simplemente suspirara.

¿La villana ha cambiado? [I]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora